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CACHEUTA - leyenda mendocina

Cacheuta

Puente colgante de Cacheuta


Por: Enrique Guerrero.


Con el comienzo del periodo hispánico en América del Sur, los pueblos originarios se vieron desbordados por una violencia inusual.


La aparición de los ejércitos profesionales, las armas de fuego y el caballo, deslumbraron, atemorizaron, sometieron y exterminaron a las poblaciones naturales.


Esta leyenda nace en un periodo hispánico temprano, cuando el avance del conquistador sobre nuestro territorio es inminente, cuando sólo restan 29 años, para la fundación de Mendoza.




El último soberano inca


Es 1532 y Francisco Pizarro, se dirige con un ejército de ciento sesenta y ocho soldados y treinta y siete caballos, a la ciudad de Cajamarca, bajo pretexto de conocer a Atahualpa, cuando en realidad es llevado por el rumor de que allí, se concentran las riquezas del imperio inca.

Atahualpa -"Dichoso vencedor"
XIV Emperador (1532-1533)
Mientras tanto, Atahualpa[1] que acaba de arrebatarle el trono a su hermano Huáscar, tras una sangrienta guerra, le facilita la llegada a la región empujado por la curiosidad y desoyendo las advertencias de sus generales, que le sugieren exterminarlo.

 

El fatal encuentro se produce en la plaza de Cajamarca, cuando el emperador marcha con su séquito.

 

Un capellán español se aproxima al trono, con un crucifijo en una mano y la biblia en la otra, ordenándole que acepte el bautismo y la autoridad del rey Carlos I de España.
Al no comprender lo dicho por el español, arroja la biblia a un costado, ofreciéndole a Pizarro la excusa perfecta, para abrir fuego y comenzar una matanza, que culminará con su captura el 16 de noviembre de 1532 y el consiguiente desbande, de los generales incas.

"Cuarto de Rescate"
(Cajamarca - Perú)
A cambio de su libertad, ofrece llenar con oro, la habitación donde está cautivo, hasta la altura donde llega su brazo extendido.


Para ello movilizó a las cuatro regiones (suyus) del imperio, para que reunieran los metales necesarios, para pagar el rescate.



El cacique dixo que el les daria tanto oro como cabría en un apartado que alli estava hasta una raya blanca que alli estava, que un hombre alto no allegaba a ella con un palmo.

                                                             Cristóbal de Mena 1534


A la habitación donde estuvo prisionero, se la conoce como "El Cuarto del Rescate” y está ubicada en el jirón (calle), Amalia Puga 750, a cincuenta metros de la Plaza de Armas de Cajamarca.




Cacheuta


Leyenda huarpe  

Adaptación: Enrique Guerrero

Durante el siglo XV y principios del XVI, el Imperio Inca había expandido sus fronteras hacia los cuatro puntos cardinales o regiones, ejerciendo el dominio sobre las etnias preexistentes y un estricto sistema de gobierno, que imponía entre otras cosas, el uso de la lengua quechua y el pago del tributo.


Paisaje de Cacheuta y figura de un chasqui.

Luego de que el Sapa Inca[2] Atahualpa fuera capturado, la orden de reunir el oro para su rescate, corrió en boca de los chasquis por todo el imperio, llegando al extremo sur del Collasuyu, donde el cacique Cacheuta ejercía sus dominios.



La figura alta y delgada, cabeza alargada, cabello largo y cutis oscuro, acentuaban el carácter decidido que el dios Hunuc Huar, les había dado a todos sus descendientes, los huarpes.


Cacheuta, se encontraba establecido con un pequeño grupo de familias, en tierras cercanas al río.


Una tarde, el ladrido desenfadado de los perros, lo sacó de sus labores. La inesperada llegada de un chasqui, portando la orden de reunir oro para el rescate de Atahualpa, le impondría un gran desafío.


"Carmen Jofré"
carboncillo de Fidel Roig Matons

Su vida sedentaria y tranquila, se vio alterada por esta consigna, ya que sabía de agricultura, caza, pesca, cestería y riego, pero sus conocimientos sobre la minería, eran escasos.


No obstante, convocó a su gente para reunir el precioso metal, disperso en los arroyos y ríos andinos.


A medida que encontraban pepitas y piedras con restos de oro, las almacenaban en bolsas, confeccionadas con cueros del cogote del guanaco, para luego trasladarlas hasta Cajamarca, el Pueblo de las Espinas (quechua: Kasha: espina, Marka: pueblo).


Y así fueron transcurriendo los días. Pasó el verano primero, el otoño después y con la llegada del invierno, las bolsas con la preciosa carga, estuvieron dispuestas para ser transportadas al Perú.



Despuntaba el alba, cuando iniciaron el largo viaje. El gran peso del metal sobre sus espaldas, les impedía agilizar el paso y sólo los animaba el deseo de llegar al Qhapaq Ñan, camino que los conduciría al centro del Imperio Inca.


Río Mendoza, en la quebrada de Cacheuta.
Fue durante las primeras jornadas de marcha, que iban desde el "Valle de Huantata" hasta "Las Vertientes de Agua Caliente", que un malón de araucanos, enterados de la valiosa carga que transportaban, se emboscaron en una de las quebradas y los atacaron.

El cacique, viendo la superioridad enemiga y la indefensión de su gente, les pidió a sus hombres, que con un último esfuerzo ocultaran el oro de los malhechores.


La batalla fue breve. Cuando cayó el último de los hombres de Cacheuta, los araucanos dando gritos y alaridos de victoria, se entregaron a la búsqueda del metal, tarea que no les demandó mucho tiempo, por cuanto la tierra donde estaba enterrado, había sido removida recientemente.


Cuán grande sería su sorpresa, cuando luego de practicar un gran hoyo en el suelo, comenzaron a brotar poderosos chorros de agua caliente, que les cayeron encima, hasta exterminarlos.


Hay quienes dicen, que fue la justicia de Cacheuta, por las vidas cobradas ese día; otros, que fue Pachamama, indignada porque el oro estaba destinado al rescate, de uno de los hijos del sol: Atahualpa.


Lo cierto fue, que con el transcurrir de los años, el paraje heredó el nombre del valeroso cacique y hoy como testimonio de aquellas duras jornadas, las aguas termales continúan fluyendo, pero esta vez, con poderes sanadores.





Otras historias, mitos y ...


Como siempre, cuando ocurren hechos tan singulares como este, nacen otras historias, mitos y leyendas.


Hay quienes comentan, que cuando Cacheuta se encaminaba hacia el Qhapaq Ñam, un chasqui que corría por una de las veredas, le informó que los españoles le habían dado fin a Atahualpa, por lo que dispuso que los cueros con la pesada carga fueran abandonados en el lugar, para emprender el regreso a sus tierras.


Cueva en de la Quebrada de Cacheuta 2019

Y así nació el mito, sobre el posible destino del oro...


Hubo quien aseguraba, que fue enterrado cerca de unas vertientes de agua caliente, en la otra vera del río, frente a dos grandes rocas llamadas "Las Petacas"[3] y otros, que quedó abandonado en una cueva escondida de los alrededores.


No falta el que señala que años después, con la llegada de las encomiendas españolas, un huarpe le contó la historia a un cura encomendero y este, comenzó la búsqueda entre las "Aguas del Corral" y los "Baños de la Punta del Río" (denominaciones españolas de la zona), hasta que finalmente halló el tesoro y nunca más se supo de él.




El cautiverio de Atahualpa


Atahualpa estuvo preso 252 días, desde el miércoles 16 de noviembre de 1532, hasta el miércoles 26 de julio de 1533, fecha en que fue ejecutado.


Había reunido el oro de su rescate, no obstante, se le dio a elegir entre morir quemado en la hoguera sirviendo a su dios, o ahorcado, si se convertía al cristianismo, por lo que tras aceptar la segunda opción, fue bautizado con el nombre de Francisco.


A los cargos de conspiración, idolatría, fratricidio, poligamia, traición e incesto, se le agregó el de apóstata[4], por su última decisión.


Murió estrangulado en un  poste, ubicado en el centro de la plaza de Cajamarca.


Tras su muerte, comenzaba la caída del Imperio Inca.




Toponimia de CACHEUTA


"Los estudios toponímicos ya realizados en la lengua de nuestros naturales, no definen el significado del nombre Cacheuta, pero si tenemos en cuenta que los indios al hablar pronunciaban en forma separada las sílabas, encontramos que la palabra Cacheuta es compuesta de ca- che y uta, por lo que ca o ka, en lengua indígena de los indios huarpes e incaicos pertenece al adverbio otro u otra, che es gente o persona y uta es valle o lugar, por lo que el significado de Cacheuta sería: Otro de los valles o lugares donde se reúne la gente". 

Toponimias de Juan Isidro Maza.



Por otra parte, buscando en diccionarios del idioma Huarpe Millcayac y Allentiac, se puede encontrar la expresión: Cach uta (Milcayac) y Cach utu (Allentiac), cuyo significado es, "tu casa o lugar". Compuesto de "cach", tuyo y "uta o utu", casa o lugar, respectivamente.




Con el deseo que hayan disfrutado de la leyenda, me despido con un fuerte abrazo, esperanzado en que la vida, siempre nos brinde, buenos senderos para andar.





Como llegar al Puente Colgante,
 con Google Maps







[1] Atahualpa (ata-w wallpa): del idioma puquina, lengua usada por la nobleza inca.  Ata-w: señalado o elegido y wallpa: diligente, aplicado.

[2] Sapa Inca: supremo emperador del Tahuantinsuyo. Los cronistas cuentan que también era llamado Intipchurin, “hijo del Sol”.

[3] petaca (RAE): arca de cuero, o de madera o mimbres con cubierta de piel a propósito, para formar el tercio de la carga de una caballería. Se ha usado mucho en América.

[4] apóstata: persona que abandona sus ideales o su religión públicamente para seguir otros diferentes.




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* Leyenda del ACONCAGUA.

* Tambo incaico TAMBILLITOS.

Preservar el patrimonio cultural y las tradiciones, constituyen los únicos caminos posibles, para mantener vigente la historia de nuestros orígenes.


LA MULA

mula-GAM-8
Hermoso ejemplar de mula con carga de artillería, 
perteneciente Grupo de Artillería de Montaña 8, del Ejército Argentino

LA MULA

    Por Enrique Guerrero

Aunque es más arisca, lenta, rústica y tozuda que el caballo, por su docilidad, fuerza, resistencia, menor propensión a las enfermedades y a los requerimientos alimenticios, fue empleada rápidamente en el trabajo pesado.


Incursionó con éxito en una gran variedad de actividades, tales como cabalgadura (sillera), transporte de carga, minería, arado de la tierra (de tiro) y por su fácil adaptación a los trabajos repetitivos y rutinarios, para jalar malacates, mover norias y molinos, etc.


Sobre su incursión en Mendoza, hablan los relatos de muchos viajeros, que dependían cotidianamente de su fuerza y nobleza, para aventurarse en el desafiante cruce de la Cordillera de Los Andes.


..."Da paso a la cordillera por varias partes; pero el más frecuentado es el que llaman de Santa Rosa, por donde el camino que llaman de la ciudad de Santiago a la de Mendoza es de esta suerte"...


... "El camino va siempre subiendo por sendero tan angosto que no cabe sino una caballería con su jinete, o una mula con su carga: acrecentándose el peligro de la elevación y angostura con el tajo, en partes del todo perpendicular, y en partes poco menos del borde de la senda que mira al río, en el cual ha de caer inevitablemente el que discrepare para perecer sin remedio; y así este camino no es capaz de trajinarse sino en mulas bien herradas: los caballos porque no clavan tan bien la uña, no son de provecho para estos malos pasos"...


Jesuita MIGUEL DE OLIVARES (1672-1713)


Este sencillo relato del siglo XVIII, redactado por el presbítero Olivares, deja traslucir la predilección existente por la mula, cuando se debía transitar los caminos de cornisa.


"Conducción del Gral San Martín por los  60 granaderos,
 hacia los baños de Cauquenes" (Fidel Roig Matóns) 
Por lo que no es de extrañar, que el Gral. San Martín las incorporara en el Ejército de los Andes, como cabalgadura o transporte de carga en montaña, dejando el caballo, para combatir en el llano.

 

Su origen se remonta a los albores de la civilización.

"Cuando la mula recula, señal que quiere cocear" (Martín Fierro)



La mula es un híbrido, que resulta de la cruza de un asno (equus asinus) y un caballo (equus caballus). Las crías nacidas a partir de esta cruza (burro y yegua), pueden ser indistintamente macho o hembra, pero por el número impar de sus cromosomas (63), heredados de sus padres (62 del burro y 64 del caballo), son prácticamente infértiles.

 

En el siguiente párrafo, extraído de los viajes de Caldcleugh a principios del siglo XIX, se pueden apreciar las duras condiciones de trabajo, a las que se las sometía durante el cruce de Los Andes.


Estando en la Casucha del Rey (Juncal, Chile):


 ..."Encendimos el carbón dentro de la casucha y nos acomodamos alrededor del fuego. Apenas hecho esto llegó un hombre de Mendoza con unas cuantas mulas. Había entrado imprudentemente en la cordillera con animales durante este período del año y una tormenta de nieve le tuvo encerrado por cinco días cerca de la cumbre. Durante la noche las tres mulas hambrientas comieron algunas de las estacas de que nos servíamos para caminar, dejándolas tan cortas que resultaron inservibles. Eran estacas de madera verde pero muy dura. Los pobres animales no comían desde cinco días atrás. Esta casucha se encontraba a 10.501 pies ingleses sobre el nivel del mar según las medidas barométricas"...

 

"Travels in South America during the years 1819-20-21", de Alexander Caldcleugh.


Como se aprecia, en comparación con el caballo, posee una gran resistencia a la falta de agua y alimentación, pudiendo adaptar su dieta, al consumo de paja brava o madera, de ser necesario.

 

Sus pezuñas son más pequeñas y duras que las del caballo, lo que sumado al instinto natural para detectar el peligro en los senderos de cornisa, la hacen ideal para transitar este tipo de caminos.

“Terco como una mula” (anónimo)



Cura-Brochero
San José Gabriel Brochero (1840-1912),
en su mula "Malacara"

Durante el periodo feudal europeo, se restringió el uso del caballo a las cuestiones militares, por lo que se prohibía el empleo de las yeguas en la reproducción de mulares y por lo tanto, el empleo de la mula en tareas rurales.

 

Es durante el siglo XVI (1505), que se autoriza en España, a los clérigos y mujeres como excepción, a que las cabalguen.

 

Quizás sea por ese motivo, que en muchos relatos históricos, aparece asociada a la figura de un cura misionero.



En nuestro país, resulta icónica la imagen del "cura Brochero" y su mula "Malacara", con la que recorrió los extensos valles y sierras del Curato de San Alberto, hoy Valle Traslasierra, en la provincia de Córdoba, desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX.

“Cuando la mula está cargada de oros, todos los palacios se abren” (anónimo)



La  mula y evino

 "Mulas cargueras"
 Emeric Essex Vidal - (aguatinta estampada en colores - 1817)

Emerix E. Vidal, pintó una colección de paisajes y costumbres, que refleja en su libro, "Pintorescas ilustraciones de Buenos Aires y Montevideo" (1820). Respecto a su aguatinta titulada "Convoy de Mulas con vino" que provienen de Mendoza, dice entre otras cosas:


"Mendoza es la capital de la provincia de Cuyo, o Chiquito(sic), situada al pie de las Cordilleras, cerca del paso principal que conduce a Chile por las montañas. Desde este lugar grandes convoyes de doscientos a trescientas mulas bajan a Buenos Aires, a doscientas leguas de distancia, trayendo vino, algunos de los cuales no son diferentes al dulce de Málaga, pero, como podría esperarse por la cantidad transportada, muy apreciado"... ... "Cada mula lleva dos barriles de diez galones (40 litros c/u), colgando sobre un gran paquete de paja (totora). Los barriles están atados con aros de madera, y asegurados con cuero"...


 ... "Las mulas viajan en grupos de dos, tres y cuatro, con la nariz atada a la cola de un líder, que lleva una campana. A estos grandes convoyes rara vez lo asisten más de tres o cuatro hombres"...


..."Es una práctica común atar las cabezas de tales mulas como si fueran tímidas con un viejo poncho, en especial, cuando son llevadas a la ciudad para descargarlas"....

Emerix Essex Vidal.


En las pocas líneas, extraídas del relato de Vidal, se pueden apreciar algunas de las particularidades de estas arrias.


La tropa estaba integrada por un importante número de animales (200 o 300), que transportaban dos barriles con casi 40 litros de vino cada uno, carga que entre barril, vino y guarniciones de cuero, superaban los 100 kg.


Que a las más ariscas o salvajes, conocidas como "chúcaras", se le cubría la cabeza con un poncho o un trapo, para que no se espanten con el ajetreo de la ciudad, costumbre que aún hoy, es llevada a la práctica por algunos arrieros, cuando las conducen al Parque Provincial Aconcagua.


Al ser conducidas por unos pocos arrieros, para evitar que se dispersaran, formaban recuas (pequeños grupos), que marchaban unidas unas a otras por la cola, siguiendo el sonido del cencerro de la mula madrina, que era tirada del cabestro y marcaba el ritmo.

"Bueno, bueno le dijo la mula al freno; mientras más grande, más bueno" (anónimo)


Sobre la importancia de la "madrina" en la tropa, dirá Charles Darwin, tras ingresar a nuestro territorio por el Paso Portillo de Piuquenes (Tunuyán), el 18 de marzo de 1835:


18 de marzo de 1835: ... "Mis compañeros eran Mariano González, que en otro tiempo me había servido de guía en Chile y un arriero con sus diez mulas y una "madrina". La madrina es un personaje importantísimo. Con ese nombre se designa una yegua vieja de genio reposado, que lleva colgada al cuello una campanilla a la que siguen con filial adhesión las mulas todas adondequiera que se encamine. La afección de estos animales por sus madrinas evita una infinidad de contratiempos. Cuando se dejan sueltas en terrenos de pastos grandes partidas de ganado mular durante la noche, los muleteros, a la mañana siguiente, no tienen más que llevar las madrinas, poniéndolas algo separadas, y hacer sonar sus campanillas, y aunque haya 200 o 300 mulas, cada una reconoce inmediatamente la campanilla de su madrina y viene a buscarla"...


"Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo", de Charles Darwin.


“Lo quiere como mula a la carreta” (anónimo)



Plaza de Mulas


Campamento Base Del Co. Aconcagua


Plaza de Mulas, Campamento Base del cerro Aconcagua.
Latitud: 32°38'57.05"S
Longitud: 70° 3'27.59"W
Altitud: 4.360 msnm

Saliendo de Horcones y siguiendo la Ruta Normal de Ascenso al Cerro Aconcagua, encontramos una ciudad encantada de lonas multicolores, en la que convergen los idiomas del mundo.


Año tras año, aparece y desaparece en determinadas épocas, alterando sus formas, colores y trazado, pero como cosa curiosa, siempre se instala en el mismo lugar.


Hace las veces de centro de aclimatación y cuenta con Servicios Médicos, Guardaparques, Patrulla Policial de Rescate y Auxilio de Montaña, agua, operadores logísticos, alojamiento y algunas más.


Se accede a ella por un sendero muy marcado, por el tránsito de deportistas y mulares. Este campamento base, situado a 36 km de Puente del Inca y a 4.360 msnm, le rinde con su nombre, homenaje a una visitante asidua, que con sus "tranquitos" cortos y oportuna terquedad, traslada hasta allí la logística necesaria, para que los andinistas alcancen la tan ansiada cumbre: El Campamento Base Plaza de Mulas.


Descendiendo de Plaza de Mulas, a 100 m sobre el Río Horcones:


..."Una de las bolsas se había desatado y colgaba casi hasta el suelo tocando así la pata del animal a cada paso. Esto lo asustó y lo hizo saltar y correr por la angosta senda. Naturalmente, la carga se aflojaba cada vez más, lo que a la mula molestaba en forma creciente. En una de ésas la mula se enredó en la cuerda de la carga, perdió el equilibrio y cayó. Al caer, una de las bolsas la tiró hacia abajo, y el pobre animal se puso a rodar cuesta abajo, dando diez o doce vueltas alrededor de su eje entre las piedras, deshaciéndose de su carga poco a poco. Toda la caravana se paró estupefacta. Estábamos seguros de que ni un solo hueso iba a quedar entero en el cuerpo del animal. Es imaginable entonces nuestra sorpresa cuando lo vimos, al llegar al fondo del valle, levantarse sano y salvo y echar a correr por la costa del río"... 


"Tempestad sobre el Aconcagua", de Tibor Sekelj.


“Una vez sobre la mula, no le pierdas las orejas” (anónimo)




Las Mulas del Aconcagua


Muchas de las malas condiciones de vida, a las que fueron sometidos estos animales en el pasado, se han corregido. En la actualidad su uso dentro del Parque Provincial Aconcagua, está controlado, regulado y certificado por una autoridad sanitaria de la Fundación Cullunche y la WSPA (Sociedad Mundial de Protección Animal), bajo la supervisión directa de la Dirección de Recursos Naturales Renovables.


El Programa Control de Bienestar Animal de Mulas Cargueras del Parque Aconcagua, cuenta con un manual de procedimientos para la admisión e ingreso de un mular, que se divide en pasos, con varios ítems cada uno y es único en el mundo.


Comienza con la identificación del animal con un microchip y le suceden, la Libreta Sanitaria Equina, Fotocopia de la Libreta Sanitaria, Inspección General de cada animal, Ingreso al Parque, Controles Periódicos, Correajes y Albardas, Infracciones y Certificaciones otorgadas por la Fundación Cullunche y la WSPA (Sociedad Mundial de Protección Animal).


En el caso de producirse infracciones durante los controles de ingreso al parque y/o en las inspecciones periódicas, se labran las actas de constatación correspondientes, derivándose al ente de aplicación, la Dirección de Recursos Naturales Renovables, quien aplica las penalizaciones que puedan corresponderles a las faltas cometidas. 




 SAN MARTÍN 


 RETORNA  A LA PATRIA


Monumento RETORNO A LA PATRIA, El Manzano Histórico, Tunuyán

El monumento "Retorno a la Patria", muestra al general José de San Martín montando una mula y vestido de baqueano, y es para mí esa imagen , la que sintetiza el momento final de la gesta patriótica, donde el gran capitán marcha junto a la compañera de batallas, que con su fuerza y nobleza, las hizo posibles en gran parte.

“Si no puedo reunir las mulas que necesito, me voy a pie”

(Del Gral. José de San Martín a Tomás Guido, el 15 de diciembre 1816)




Sección "HARAS GENERAL LAS HERAS"

Centro de Cría, Recría y Amansamiento de Mulas

- Ejército Argentino -


Fue creada el 15 de febrero de 1930, constituyéndose en el centro más importante para la cría de mulares, con los que el Ejército Argentino, abastece a sus brigadas de montaña.


Forma parte del Establecimiento Campo Los Andes, que se encuentra en San Carlos y Tunuyán, provincia de Mendoza.



Es innegable, la notable influencia que tuvo la mula en nuestro agro, economía y cuestiones militares.


En la actualidad muchos ejércitos del mundo, incluyendo el nuestro, la destinan a las tropas de montaña y además en nuestra provincia, a actividades recreativas y deportivas tales como el Cruce de los Andes por el Paso Piuquenes, cabalgata al Valle de las lágrimas (avión de los uruguayos), logística al cerro Aconcagua, etc.


Y en algunas fincas y campos que no poseen tractor, para el tiro del arado.



“Le metieron la mula” (anónimo)



“METER LA MULA" (hacer trampa)

 

Viene de los tiempos, en que se transportaba la uva en carros. Para obtener el peso de la carga, se pesaba primero en la báscula de la bodega, el carro cargado y después vacío, de la diferencia de los dos pesajes, se obtenía el peso neto.


Pero algunos “mañosos”, en el primer pesaje, solían dejar que la mula que tiraba el carro, pisara un poco la balanza para agregar algunos kilos o mejor dicho, “le metían la mula”.

“A mula vieja, alíviale la reja” (anónimo)



Recuerdo haber escuchado en una charla de fogón, en el Valle de Las Leñas, a un puestero que comentaba sonriente:


- "las mulas cuando se desbarrancan, se hacen un "ovillito" y van rodando cuesta abajo y salen "sanitas", casi siempre"...

 

Con esta última anécdota, me despido con un gran abrazo y el deseo de que pronto, podamos retornar a las senditas de montaña.








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