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CACHEUTA - leyenda mendocina

Cacheuta

Puente colgante de Cacheuta


Por: Enrique Guerrero.


Con el comienzo del periodo hispánico en América del Sur, los pueblos originarios se vieron desbordados por una violencia inusual.


La aparición de los ejércitos profesionales, las armas de fuego y el caballo, deslumbraron, atemorizaron, sometieron y exterminaron a las poblaciones naturales.


Esta leyenda nace en un periodo hispánico temprano, cuando el avance del conquistador sobre nuestro territorio es inminente, cuando sólo restan 29 años, para la fundación de Mendoza.




El último soberano inca


Es 1532 y Francisco Pizarro, se dirige con un ejército de ciento sesenta y ocho soldados y treinta y siete caballos, a la ciudad de Cajamarca, bajo pretexto de conocer a Atahualpa, cuando en realidad es llevado por el rumor de que allí, se concentran las riquezas del imperio inca.

Atahualpa -"Dichoso vencedor"
XIV Emperador (1532-1533)
Mientras tanto, Atahualpa[1] que acaba de arrebatarle el trono a su hermano Huáscar, tras una sangrienta guerra, le facilita la llegada a la región empujado por la curiosidad y desoyendo las advertencias de sus generales, que le sugieren exterminarlo.

 

El fatal encuentro se produce en la plaza de Cajamarca, cuando el emperador marcha con su séquito.

 

Un capellán español se aproxima al trono, con un crucifijo en una mano y la biblia en la otra, ordenándole que acepte el bautismo y la autoridad del rey Carlos I de España.
Al no comprender lo dicho por el español, arroja la biblia a un costado, ofreciéndole a Pizarro la excusa perfecta, para abrir fuego y comenzar una matanza, que culminará con su captura el 16 de noviembre de 1532 y el consiguiente desbande, de los generales incas.

"Cuarto de Rescate"
(Cajamarca - Perú)
A cambio de su libertad, ofrece llenar con oro, la habitación donde está cautivo, hasta la altura donde llega su brazo extendido.


Para ello movilizó a las cuatro regiones (suyus) del imperio, para que reunieran los metales necesarios, para pagar el rescate.



El cacique dixo que el les daria tanto oro como cabría en un apartado que alli estava hasta una raya blanca que alli estava, que un hombre alto no allegaba a ella con un palmo.

                                                             Cristóbal de Mena 1534


A la habitación donde estuvo prisionero, se la conoce como "El Cuarto del Rescate” y está ubicada en el jirón (calle), Amalia Puga 750, a cincuenta metros de la Plaza de Armas de Cajamarca.




Cacheuta


Leyenda huarpe  

Adaptación: Enrique Guerrero

Durante el siglo XV y principios del XVI, el Imperio Inca había expandido sus fronteras hacia los cuatro puntos cardinales o regiones, ejerciendo el dominio sobre las etnias preexistentes y un estricto sistema de gobierno, que imponía entre otras cosas, el uso de la lengua quechua y el pago del tributo.


Paisaje de Cacheuta y figura de un chasqui.

Luego de que el Sapa Inca[2] Atahualpa fuera capturado, la orden de reunir el oro para su rescate, corrió en boca de los chasquis por todo el imperio, llegando al extremo sur del Collasuyu, donde el cacique Cacheuta ejercía sus dominios.



La figura alta y delgada, cabeza alargada, cabello largo y cutis oscuro, acentuaban el carácter decidido que el dios Hunuc Huar, les había dado a todos sus descendientes, los huarpes.


Cacheuta, se encontraba establecido con un pequeño grupo de familias, en tierras cercanas al río.


Una tarde, el ladrido desenfadado de los perros, lo sacó de sus labores. La inesperada llegada de un chasqui, portando la orden de reunir oro para el rescate de Atahualpa, le impondría un gran desafío.


"Carmen Jofré"
carboncillo de Fidel Roig Matons

Su vida sedentaria y tranquila, se vio alterada por esta consigna, ya que sabía de agricultura, caza, pesca, cestería y riego, pero sus conocimientos sobre la minería, eran escasos.


No obstante, convocó a su gente para reunir el precioso metal, disperso en los arroyos y ríos andinos.


A medida que encontraban pepitas y piedras con restos de oro, las almacenaban en bolsas, confeccionadas con cueros del cogote del guanaco, para luego trasladarlas hasta Cajamarca, el Pueblo de las Espinas (quechua: Kasha: espina, Marka: pueblo).


Y así fueron transcurriendo los días. Pasó el verano primero, el otoño después y con la llegada del invierno, las bolsas con la preciosa carga, estuvieron dispuestas para ser transportadas al Perú.



Despuntaba el alba, cuando iniciaron el largo viaje. El gran peso del metal sobre sus espaldas, les impedía agilizar el paso y sólo los animaba el deseo de llegar al Qhapaq Ñan, camino que los conduciría al centro del Imperio Inca.


Río Mendoza, en la quebrada de Cacheuta.
Fue durante las primeras jornadas de marcha, que iban desde el "Valle de Huantata" hasta "Las Vertientes de Agua Caliente", que un malón de araucanos, enterados de la valiosa carga que transportaban, se emboscaron en una de las quebradas y los atacaron.

El cacique, viendo la superioridad enemiga y la indefensión de su gente, les pidió a sus hombres, que con un último esfuerzo ocultaran el oro de los malhechores.


La batalla fue breve. Cuando cayó el último de los hombres de Cacheuta, los araucanos dando gritos y alaridos de victoria, se entregaron a la búsqueda del metal, tarea que no les demandó mucho tiempo, por cuanto la tierra donde estaba enterrado, había sido removida recientemente.


Cuán grande sería su sorpresa, cuando luego de practicar un gran hoyo en el suelo, comenzaron a brotar poderosos chorros de agua caliente, que les cayeron encima, hasta exterminarlos.


Hay quienes dicen, que fue la justicia de Cacheuta, por las vidas cobradas ese día; otros, que fue Pachamama, indignada porque el oro estaba destinado al rescate, de uno de los hijos del sol: Atahualpa.


Lo cierto fue, que con el transcurrir de los años, el paraje heredó el nombre del valeroso cacique y hoy como testimonio de aquellas duras jornadas, las aguas termales continúan fluyendo, pero esta vez, con poderes sanadores.





Otras historias, mitos y ...


Como siempre, cuando ocurren hechos tan singulares como este, nacen otras historias, mitos y leyendas.


Hay quienes comentan, que cuando Cacheuta se encaminaba hacia el Qhapaq Ñam, un chasqui que corría por una de las veredas, le informó que los españoles le habían dado fin a Atahualpa, por lo que dispuso que los cueros con la pesada carga fueran abandonados en el lugar, para emprender el regreso a sus tierras.


Cueva en de la Quebrada de Cacheuta 2019

Y así nació el mito, sobre el posible destino del oro...


Hubo quien aseguraba, que fue enterrado cerca de unas vertientes de agua caliente, en la otra vera del río, frente a dos grandes rocas llamadas "Las Petacas"[3] y otros, que quedó abandonado en una cueva escondida de los alrededores.


No falta el que señala que años después, con la llegada de las encomiendas españolas, un huarpe le contó la historia a un cura encomendero y este, comenzó la búsqueda entre las "Aguas del Corral" y los "Baños de la Punta del Río" (denominaciones españolas de la zona), hasta que finalmente halló el tesoro y nunca más se supo de él.




El cautiverio de Atahualpa


Atahualpa estuvo preso 252 días, desde el miércoles 16 de noviembre de 1532, hasta el miércoles 26 de julio de 1533, fecha en que fue ejecutado.


Había reunido el oro de su rescate, no obstante, se le dio a elegir entre morir quemado en la hoguera sirviendo a su dios, o ahorcado, si se convertía al cristianismo, por lo que tras aceptar la segunda opción, fue bautizado con el nombre de Francisco.


A los cargos de conspiración, idolatría, fratricidio, poligamia, traición e incesto, se le agregó el de apóstata[4], por su última decisión.


Murió estrangulado en un  poste, ubicado en el centro de la plaza de Cajamarca.


Tras su muerte, comenzaba la caída del Imperio Inca.




Toponimia de CACHEUTA


"Los estudios toponímicos ya realizados en la lengua de nuestros naturales, no definen el significado del nombre Cacheuta, pero si tenemos en cuenta que los indios al hablar pronunciaban en forma separada las sílabas, encontramos que la palabra Cacheuta es compuesta de ca- che y uta, por lo que ca o ka, en lengua indígena de los indios huarpes e incaicos pertenece al adverbio otro u otra, che es gente o persona y uta es valle o lugar, por lo que el significado de Cacheuta sería: Otro de los valles o lugares donde se reúne la gente". 

Toponimias de Juan Isidro Maza.



Por otra parte, buscando en diccionarios del idioma Huarpe Millcayac y Allentiac, se puede encontrar la expresión: Cach uta (Milcayac) y Cach utu (Allentiac), cuyo significado es, "tu casa o lugar". Compuesto de "cach", tuyo y "uta o utu", casa o lugar, respectivamente.




Con el deseo que hayan disfrutado de la leyenda, me despido con un fuerte abrazo, esperanzado en que la vida, siempre nos brinde, buenos senderos para andar.





Como llegar al Puente Colgante,
 con Google Maps







[1] Atahualpa (ata-w wallpa): del idioma puquina, lengua usada por la nobleza inca.  Ata-w: señalado o elegido y wallpa: diligente, aplicado.

[2] Sapa Inca: supremo emperador del Tahuantinsuyo. Los cronistas cuentan que también era llamado Intipchurin, “hijo del Sol”.

[3] petaca (RAE): arca de cuero, o de madera o mimbres con cubierta de piel a propósito, para formar el tercio de la carga de una caballería. Se ha usado mucho en América.

[4] apóstata: persona que abandona sus ideales o su religión públicamente para seguir otros diferentes.




Otros temas que quizás te puedan interesar:
 
* Cerro PUNTA NEGRA, leyenda mendocina.

* Leyenda del ACONCAGUA.

* Tambo incaico TAMBILLITOS.

Preservar el patrimonio cultural y las tradiciones, constituyen los únicos caminos posibles, para mantener vigente la historia de nuestros orígenes.


LEYENDA DEL ACONCAGUA

"El Aconcagua desde el espinacito" de Fidel Roig Matóns 
Estudio para el cuadro "San Martín y su Estado Mayor presencian el paso de las tropas
 por el Espinacito", (óleo sobre terciada 39x29 cm).


Las leyendas con sus místicos encantos, se abren paso por las puertas y ventanas de la imaginación, para transportar nuestra mirada a un mundo fantástico, donde todo es posible.

Adaptarlas y dotarlas de un nuevo colorido, la mayoría de las veces implica una gran responsabilidad, por la prudencia que exige el relato de todas esas situaciones delicadas que, a lo largo de los años, fueron forjando nuestra identidad andina o cuyana.

Los descendientes de los pueblos originarios huarpes que habitan el norte de Mendoza, no aceptan que a su tierra se la llame "desierto", cuyo significado es despoblado o deshabitado. Ellos prefieren llamarla "secano", denominación dada a los terrenos de cultivo que no tienen riego y sólo se benefician con el agua de lluvia.

En ese entorno nacieron bellas leyendas y mitos, que hablan del hombre y su esfuerzo por cambiar el destino sediento de la tierra.

Tal vez esta, sea uno de ellas...


Cordillera de los Andes


La cordillera de los Andes, tiene una extensión de 7.240 km, constituyendo la cadena montañosa más extensa del planeta.

Topografía de América del Sur.
Su presencia forma parte del paisaje natural de Argentina, Perú, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Venezuela.

Nace en las tibias aguas del Mar del Caribe y va bordeando el Océano Pacifico, hasta perderse en las frías aguas del Atlántico Sur, al este de la Isla de los Estados.

En ella confluyen la belleza y una diversidad de pueblos y etnias, que desde épocas remotas definieron las cosmovisiones de la cultura andina, legando una identidad que sobrevivió al paso de los años.
Los estudios toponímicos realizados por Don Isidro Maza, le atribuyen a su nombre un origen quechua, que deriva del vocablo "Antis", usado para definir la zona de las grandes alturas y estribaciones orientales de la cordillera, otros, que proviene de la voz aimara "Anta" (cobre), en alusión a grandes yacimientos de metales.

En los mapas y anotaciones de los primeros conquistadores españoles, figura como Cordillera de la Nieve y finalmente, es mencionada como Andes, que no es ni más ni menos, que la corrupción del nombre incaico Antis.

Para los pehuenches y araucanos era, "huarén pire" (huaren: serranias, pire: nieve).



Leyenda del Aconcagua

Adaptación: Enrique Guerrero


No es aconsejable dirigirse a los cerros más elevados de la Cordillera de los Andes, sin una gran dosis de respeto y veneración.

Dibujo del Aconcagua desde Laguna de los Horcones.

Ellos nacieron para decidir los destinos de aldeas y clanes que se guarecían a sus sombras, ejerciendo un carácter meramente protector, aunque en ocasiones, se vieran desbordados por la ira.

C° Aconcagua 6.960,8 msnm +/- 0,20 (IGN)
(vista aérea- foto de Wikipedia)
Estas montañas vivientes o Apus[1] (del quechua señor o señora), como eran llamadas por antiguas culturas, constituían un elemento esencial en la construcción  de la cosmovisión andina y uno de los instrumentos más poderosos del paisaje sagrado.

Representaban la divinidad y como tales, no dialogaban con el valle, solo les hacían saber a los pobladores que contaban con su gracia, cuando la flora y fauna del lugar resplandecía o, muy por el contrario, su apatía y furia, cuando desertizaban la tierra condenándola a un destino árido y solitario.

"Monumento al Indio" (Mariano Pagés - 1948)
Plazoleta Cacique Guaymallén
Tal era la situación de una tribu de gigantes, que habitaban los alrededores del Aconcagua.

El suelo reseco, se agrietaba por la sequía que lo asolaba y no existía esfuerzo humano posible, que hiciera brotar la tan ansiada vegetación.

Una noche, aprovechando el sueño profundo del Apus, se reunieron en la aldea con la intención de planificar la forma de librar el agua del cerro, lo que tras largas deliberaciones, dio nacimiento a un osado plan.
Y así fue que, provistos con rústicas herramientas, escalaron las escarpadas laderas de la montaña.

Tras una jornada agotadora e intensa, alcanzaron la zona de los glaciares, donde tras romper las gruesas capas de hielo que los recubrían, repentinamente y de uno en uno, se fueron llamando a un profundo silencio... ¡el milagroso elixir, había comenzado a emanar!

Quebrada del río Vacas.
Parque Provincial Aconcagua - Punta de Vacas
El serpenteo cristalino no se dejó esperar y comenzó una maratónica estampida, por las laderas resecas del Apus.

Los poderosos hilos de agua se abrieron paso al sur, dando nacimiento al río Horcones y al este del Glaciar de los Polacos, por el arroyo Relincho, para alimentar al río Vacas.

Cuando el Aconcagua despertó y sintió su cuerpo invadido por infinitas hebras plateadas, que se descolgaban desde las entrañas más profundas de sus glaciares, tembló de furia, vertiendo piedras y tierra en los cauces que se oscurecieron por un momento; pero ya era tarde, el agua había comenzado un ciclo esperanzador, que no se detendría hasta el Valle de Huantata y las Lagunas del Guanacache.



Decreto Ley 4807/83 del 28 de abril de 1983: el Gobernador de la Provincia de Mendoza sanciona y promulga, la constitución del Parque Provincial Aconcagua en un predio fiscal, declarándolo zona de reserva total para la preservación de la fauna, flora y material arqueológico allí existente.



Toponimia de Aconcagua


Existen diversas interpretaciones en cuanto al origen del término Aconcagua, que pueden ser o no aceptadas por nosotros, lo que es innegable, que con sus más de 6.960 msnm, es el cerro más elevado de la Cordillera De Los Andes y de América.

Feria Internacional Aconcagua Mendoza,
(estampilla conmemorativa, marzo 1990)

"El maestro Ezequiel Ortiz Ponce, le asigna al Aconcagua el significado de poncho blanco, de ser así, debería llamarse Makún Mallo, ya que makún era el nombre que le daban los pehuenches al poncho y mallo en la misma legua es blanco".


"Otros aficionados a esta clase de investigaciones han traducido el nombre Aconcagua, asignándole el significado de centinela de piedra; pero si tenemos en cuenta que en lengua pehuenche y también en la de los mapuches centinela se dice huanpelén, mientras que piedra se dice cura y se pronuncia coma-cura, su significado sería divisadero de piedra, ya que coma es divisadero".


"Para esta investigación se puede decir que el nombre Aconcagua proviene de la lengua quechua, siendo una palabra compuesta de Akún, que significa cumbre muy elevada, Ka en la misma lengua es adverbio otro u otra. En cuanto a la terminación Gua se aplica a todo lo que tiene relación con el temor o admiración por lo que el nombre Akún-Ka-Gua, traducido correctamente a la lengua castellana, es otra de las cumbres muy elevadas, temidas o admiradas".


"Los indios cuyanos –principalmente los huarpes- y también los mapuches, a la cordillera en general le llamaban Akún-Ka-Gua, pero a la llegada de los conquistadores españoles, dicho nombre compuesto quedó deformado en Aconcagua, para referirse sólo al cerro más elevado de América".

Toponimias de Isidro Maza.



C° Aconcagua ,  desde el Valle de los Horcones.
(Antigua Tarjeta Postal, N° 257 de la Sudamericana, que le asigna 7055 m)


ALTURA OFICIAL DEL C° ACONCAGUA


6.960,80 msnm +/- 0.20 m, (año 2012)




Tras finalizar este sencillo relato sobre el Coloso de América, me cabe reflexionar, el por qué los pobladores que liberaron el agua del Aconcagua, trascienden en las narraciones como gigantes, ¿será posible que se deba, a que para desafiar a un dios (Apus) y ganar, hay que serlo?



¡Feliz Día del Montañista!


Como siempre, me despido con un fuerte abrazo en este 5 de agosto, fecha en la que celebramos el Día del Montañista, con el deseo de que la vida, nos brinde buenos cimas y senderos para andar.





 [1] Apus: son los espíritus superiores de las montañas considerados protectores de los hombres y pueblos. Los Apus no les hablan a los humanos, son los humanos, por medio de las invocaciones, las ofrendas, los rituales y las oraciones, los que les piden protección.
Cada montaña tiene su propio espíritu, su propio nombre y su propio dominio, al cual protegen.


Otros temas que quizás te puedan interesar:


  * Leyenda del C° Punta Negra.




EL ÑANDÚ, Leyendas Mendocinas.

Surí (quechua) o hullu (huarpe)
Petroglifos del Cerro Tunduqueral - Uspallata



CUYUM, Tierra DArenales



Tierra de arenales, tal es el nombre que le dieron nuestros originarios, a una región situada en el centro oeste de la República Argentina.

En ella se asentaba el pueblo huarpe, que poblaba las márgenes de ríos y lagunas, y hablaba el Millcayac, Allentiac o Huarpe Puntano, según se encontraran en Mendoza, San Juan o San Luis.

En los últimos años del Tawantinsuyo[1], los huarpes fueron dominados por el incario[2], adquiriendo conocimientos del idioma quechua y formando parte del sistema tributario inca.

Tal situación facilitó la labor de los conquistadores españoles, cuando llegaron al Valle de Huantata (Valle de guanacos) , al encontrar una población, que lejos de consagrarse a la guerra, había adoptado un modo de vida sendentario, dedicado a labores agropastoriles.

Se registran tres variantes del topónimo: Huantata (huarpe): valle de guanacos, Huentota (pehuenche): lugar del valle y Guantata (quechua): valle que se teme o admira.

Juan Isidro Maza (1990)


Del lado oeste de la Cordillera de Los Andes, mapuches, picunches y huiliches, tribus conocidas por su alto grado de belicosidad, lucharon contra incas y españoles sin ser sometidas. Los conquistadores los llamaron, araucanos.



Leyenda del ñandú

Adaptación Enrique Guerrero.

Los huarpes se habían dispersado por vastas franjas del árido Cuyum y a diferencia de la antigua cultura Agrelo, eligieron la márgen norte del río de Cuyo (río Mendoza) y lagunas del norte mendocino, para establecer sus asientos.


Cerámica huarpe.

Los caciques gobernaban estas tierras ejerciendo una pacífica convivencia, por lo que lejos de dedicarse a la guerra, centraban sus actividades en una pequeña agricultura, recolección de frutos, caza y pesca.

Desde "Unos arenales y algarrobales muy lejos", nombre que le daban a la zona de las Lagunas del Guanacache, llegaron las noticias de que tribus belicosas venidas del norte, se estaban organizando con otras del oeste, con la intención de invadirlos.

Cuando el cacique quiso reaccionar, ya era demasiado tarde, habían pasado los días y estaban totalmente sitiados.

Ante el inminente ataque, dos jóvenes recientemente desposados, se ofrecieron como voluntarios para cruzar el cerco enemigo y pedir ayuda a sus aliados del este, en la comarca de Corocorto.

Pareja de jóvenes huarpes.

Esperaron pacientemente el ocaso, para comenzar la peligrosa misión.

Salieron amparados por las primeras sombras de la noche, buscando atravesar aquellos campos donde los algarrobos, chañaresjarillales, se enmarañaban, ocultándolos de la vigilancia enemiga.

Tras un día y medio de marcha, fueron sorprendidos por un pequeño grupo de guerreros enemigos, los que al advertir su presencia, iniciaron la persecución.

La pareja comenzó a correr siempre junta, esquivando boleadoras, flechas, lanzas y lazos, sin que nada pudiera detenerlos.

Las horas, la fatiga y el esfuerzo extremo, no hacían mella en su determinación, muy por el contrario, con cada minuto que pasaba, una fuerza inspiradora los empujaba, en la rauda carrera que se estaba llevando a cabo.

Casal de ñandúes, en el pedemonte mendocino.
De a poco y sin que lo advirtieran, sus piernas y brazos se fueron transformando y sus cuerpos comenzaron a cubrirse lentamente de plumas, hasta que finalmente perdieron la forma humana,  para convertirse en dos hermosas aves, que corrían velozmente.


Y así fue como escaparon y llegaron hasta la tribu aliada, la que tras recibir el pedido de auxilio, se organizó rápidamente y partió, rodeando a los invasores y obligándolos a que se retiren de sus tierras.

Cuentan, además, que fue a partir de ese día, en que el hullu (ñandú), comenzó su vida en las Tierras de Arenales.





Eñandú


Debido a la similitud que tiene con el avestruz africano, a  esta ave endémica de América del Sur, se la mal llama avestruz americano.

Ñandú petiso, cordillerano o andino.
Los pueblos originarios lo conocían con nombres, tales como: hullu (huarpes), ñandú (guaraníes), sury (quechuas), mañik (mocoví y tobas), oóiu (tehuelches) y choike (mapuches).
Ellos los cazaban con boleadoras choiqueras[3], para aprovechar: carne (consumo), cuero (elaborar morrales y tabaqueras), plumas (adornos),  grasa (para impermeabilizar los lazos que hacían con sus tendones) y huesos de las patas (puntas de flechas).

Al pichón que comenzaba la muda del plumón, lo llamaban charito y al joven por la torpeza, charabón.


 

Los guaraníes lo llamaban ñandú (araña), porque la textura del plumaje, les traía reminiscencias con ciertas especies de arañas peludas, que habitan la Selva Amazónica.





Dichos y refranes criollos
del ñandú


La Pampa tiene el ombú, Mendoza tiene Los Andes, ¿Qué tendrá el ñandú, que pone huevos tan grandes? (relación picaresca del Pericón Nacional).


"Boleando" de Molina Campos 
Dibujante argentino - témpera, 35x53 cm (1957)

Buen año dijo el ñandú y no tenía más que un huevo (estar conforme con lo que se tiene).



Como suri contra el cerco (andar de mala suerte).



¡Cosa bárbara, correr como ñandú en burro! (dícese al que fantasea mucho).

 

  

¡Eha, sus y traga el ñandús! (alude a las personas que cuando comen, tragan sin masticar bien).


"En el jagüel" de Carlos Montefusco
pintor y dibujante argentino.

¡Qué sabe el ñandú del freno! (al que habla más de lo debido).

 


 

Ñandú que escapó una vez, desde lejos echa a correr (se refiere al que aprende del error).

 


Desconfiado como ñandú tuerto (a las personas desconfiadas en extremo).

Los curanderos tehuelches, desecaban la pesina, membrana interna que recubre el buche del ñandú patagónico y luego la pulverizaban en el mortero. Con el polvo obtenido preparaban una infusión, para tratar dolores de estómago, empacho o indigestión.



DECLARACIÓN DE MONUMENTO NATURAL PROVINCIAL
 A ESPECIES ANIMALES SILVESTRES
Ley 6599

El ñandú petiso o cordillerano (Pterocnemia pennata), junto a otras especies de animales silvestres, fueron declarados Monumentos Naturales de la Provincia de Mendoza, por Ley 6.599 el 12 de mayo de 1998.




Como siempre, me despido con un abrazo cordial y el deseo de que la vida, brinde buenos senderos para andar.





[1] Tawantisuyu: división territorial del Imperio Inca. Es un nombre compuesto por dos voces quechuas, tahua o tawa: grupo de cuatro elementos y suyo: región, área o nación.

[2] incario o incanatoestructura política, social y económica del Imperio Inca.

[3] boleadora choiquera o ñanducera: arma o instrumento de caza arrojadiza, creada por los aborígenes de la Patagonia y las Pampas.
Consta de tres piedras pulidas de forma esférica, unidas por tientos o tiras de cuero de guanacocuero del cogote o tendón de la pata del ñandú. La boleadora choiquera posee piedras más pequeñas, que la de caza mayor (guanacos o caballos) y tientos más largos.

EN MENDOZA PODEMOS DENUNCIAR CUALQUIER IRREGULARIDAD QUE PONGA EN RIESGO LA FLORA, FAUNA o MEDIOAMBIENTE:

* 911 - Policía de Seguridad Rural de Mendoza.

* Dirección de Recursos Naturales Renovables Mendoza,

  Tel: 261-4252090 y 4257065 (días hábiles de 0800 a 1300 hs).

* Correo electrónico: correofauna-drnr@mendoza.gov.ar



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