LOS FRISOS DE LA VIRGEN DE LA CARRODILLA

 

Hugo-Víctor-Leytes
Frisos de la Iglesia de La Carrodilla (*)

* Los frisos de Hugo Leytes, ubicados en una matriz de chapa, hecha por su hijo Leandro.

En el año 1994, el municipio de Luján de Cuyo hizo un llamado a concurso, buscando una obra escultórica que reflejara la significación histórica, devoción y culto, del mendocino hacia su Santa Patrona, la Virgen de la Carrodilla.


El mismo fue ganado, por el reconocido escultor Hugo Víctor Leytes. Un artista plástico, nacido en Maipú, el 23 de diciembre de 1935.


El 11 de abril de 1995, ante la presencia de autoridades eclesiásticas, políticas y público en general, se inaugura un exquisito conjunto escultórico, compuesto por cuatro frisos en alto relieve, que se exponen sobre la pared ESE del atrio.


Los mismos narran una historia, que comienza a la salida de la Secretaría, y se desarrolla a medida que nos acercamos a la calle Carrodilla.


Como quería saber más sobre el “Maestro” Hugo Leytes, fui a visitarlo, previo a concertar una cita. 




¡Un cafecito con el maestro!

por: Enrique Guerrero.

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Hugo Víctor Leytes, el escultor que "vive en alto relieve".


Dos altos relieves ubicados a la entrada de la casa, me anunciaban, que sin lugar a dudas, estaba a punto de ingresar al fabuloso mundo del escultor.


Luego de las presentaciones, Hugo me invitó a tomar asiento en la sala, un cálido rincón donde los frisos conviven con esculturas, maquetas, dibujos, reconocimientos y muchos recuerdos.


A continuación, les trascribiré algunos pasajes de la charla que mantuve con este exquisito escultor, que deja en cada una de sus obras, armoniosas formas, bellas escenas donde abundan los detalles, con un marcado acento costumbrista, que hacen de cada friso, el sello personal de Hugo Leytes.


Para comenzar la charla lo llamé “maestro”, a lo que rápidamente me corrigió, diciéndome, ¡Por favor, sólo dígame Hugo!


_ ¿Por qué la historia que cuentan sus “altos relieves”, en la Parroquia de La Carrodilla, está invertida, es decir, cuando ingreso al atrio desde la vereda, me encuentro con el final de una historia, que comenzó a la salida de la secretaría?


- Hugo: "como bien dice Enrique, el primer friso que usted encuentra, debería ser el último. Bueno, esto se debe a que la Municipalidad, que fue la que los adquirió, quería que en la entrada hubiera un friso grande y el que debía ir en primer lugar, “la construcción de la torre”, les parecía muy pequeño, entonces se respetó el orden de la historia, pero de atrás para adelante (sonríe)"...


- ¿Tienen título, los frisos que componen esta historia?


- "No, simplemente las dejo a la libre interpretación de la gente. Aunque si usted se fija, hay tantos detalles en cada uno, que le revelarán como se llaman. ¿Qué nombres le pondría usted?"...


- La esposa de Hugo me alcanza un álbum de fotos y señalándole el primer friso, le respondo a modo de juego:


A este lo titularía por ejemplo: "Una promesa cumplida".



Una promesa Cumplida


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Una promesa cumplida.

- "El primero está dividido en dos partes, por eso verá que tienen distintos colores de pátina. Cuando los vieron, pensaron que se habían roto (sonríe)"…


- ¿Quiénes son los personajes que rodean al ingeniero que sostiene el plano?

 

- "(Me Corrige)No es un ingeniero, es un arquitecto que le muestra el plano a la familia Solanilla, en el patio de la casa. Siempre a mis obras, les agrego personajes relacionados con la historia de Mendoza. Por ejemplo, en ese está la Madre Rosaura. También hice una escultura de ella, que está sentada con un niño y una niña a cada uno de sus lados, que doné a un colegio (Hermanas Domínicas del Santo Rosario, San José - Guaymallén).


Me gusta combinar mi trabajo con la historia. Esta iglesia, es la segunda que se hace en el mismo lugar, sobre los mismos pilotes. Al lado de mi casa vivía un señor mayor que yo, que era constructor y trabajaba desde chico, el me asesoraba sobre las herramientas y todo lo relacionado a la construcción de antes"...


Se excusa por no darme más detalles, por cuánto me comenta que su vista se ha acortado mucho en los últimos años.


Lo cierto es, que abundan los detalles. El primero, es un alto relieve dividido por un corte o línea de tiempo, en dos momentos o escenas. Una que relata la construcción del campanario de la iglesia, con los albañiles abocados al trabajo y la otra con el arquitecto mostrándole el plano de 1840, a la familia Solanilla, la madre Rosaura Puebla y un cura, ¿será Fray José Aymón?. En el fondo se aprecia la galería, el primer piso de la casona de los Solanilla, glicinas en flor y el ciprés “abriboca” que sobresale del techo. 

Las proporciones, la perspectiva y la expresividad de los personajes, son admirables.


- He notado que todos los frisos tienen distintos matices. ¿Se debe a la coloración de la arena, Hugo?


- "Le voy a explicar Enrique, La arena con la que hacía el hormigón armado para cada friso, me la traían de una cantera que está en San Luis. Le daba al friso un acabado, de un color gris claro, con una textura hermosa. Una vez concluida la obra, le daba una pátina con distintos tonos y esos son los que usted nota.

Con ellos buscaba acentuar por así decirlo, el carácter que deseaba darles".





La Familia Viñatera


- "Cuando dibujo o miro la imagen que deseo esculpir, las veo en alto relieve... es algo curioso (sonríe), veo las cosas en alto relieve y eso me facilita todo el trabajo"...


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La faena y el descanso de la familia viñatera.

- En el próximo friso se observa una escena típica de la finca mendocina. Viñedos, alamedas, la cordillera, la compuerta, el riego, el labrado de la tierra, la cosecha, el descanso, una mujer guitarreando junto a cestos repletos de uvas y una pareja que baila la cueca...


- (Me interrumpe) "¿Cómo sabe usted, que están bailando la cueca?"...


- Por el vuelo del pañuelo -le respondo-, a lo que asiente sonriendo. 


Abajo del friso, en una serie de placas cerámicas, en total siete, se expone la letra de la popular canción, Virgen de la Carrodilla, de Hilario Cuadros y Pedro Herrera, erróneamente atribuida a Julio Quintanilla.




- "Como le decía hay muchos elementos en cada friso. Pertenecí a la Junta de Estudios Históricos de Maipú y eso me ayudó a buscar información histórica. Además, trabajé 30 años en la Bodega Giol, así que las escenas del vino y la gente, como comprenderá, las viví durante muchos años"... 

Soy autodidacta, de chico juntaba la arcilla que se formaba en la acequia de riego y hacía pequeñas estatuas. Luego, ya de grande, después de haber realizado muchos trabajos, estudié en la facultad de Bellas Artes, pero creo que lo principal, ya lo traía"...





La Plegaria

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                                 La Plegaria.

Las escenas de la vendimia, el trabajo en la viña y el esfuerzo de la familia, se repiten en el próximo, al que llamaría: La Plegaria. 


Los trabajadores detienen sus labores, elevando una oración a la Virgen de la Carrodilla, agradeciendo su intercesión, por la abundante cosecha y el buen tiempo. La Patrona Celestial de los Viñedos, los envuelve con su manto de luz divina, que se asemeja al sol.


- ¿Cuánto tiempo le demanda la construcción de un friso?


(Sonriendo) "En general, me lleva mucho tiempo, por todos los pasos que lleva. Primero dibujo en perspectiva la composición del friso. A continuación, en un marco de arcilla, traslado las formas en relieve. Cuando eso está listo hago el molde de yeso y finalmente vuelco sobre el molde el hormigón armado, es decir el hormigón y le coloco un enrejado de hierro. Después que lo desmoldo, comienza el lento proceso del pulido, esculpir algunas fallas que ocasiona el molde de yeso, los retoques y finalmente, elegir el color de la pátina. Todo el proceso me lleva meses de trabajo".





La procesión

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La procesión.


Una gran multitud, asiste a la procesión de la Patrona Celestial de los Viñedos. De fondo aparece la iglesia y al costado derecho, se destaca en perspectiva las columnas del Santo Calvario.


Nuestra Señora de la Carrodilla, es trasportada sobre un carro de cosecha, rebosante de uvas y arrastrado por dos bueyes, como en su primera presentación, en la Bendición de los Frutos, de la Fiesta Provincial de la Vendimia, de 1940.


En ese friso se encuentra Hilario Cuadros y un gaucho sosteniendo con orgullo, la Bandera Nacional Argentina... 

Se detiene por unos momentos y pasa a comentarme pasajes de su Servicio Militar Obligatorio, llevado a cabo en la ex Compañía de Esquiadores de Puente del Inca

- El servicio militar fue uno de los momentos más felices de mi juventud". Me apodaban "dulce de leche", por mi apellido, ya que "leyte", significa leche en portugués...

Y así la charla continúa y se va desviando hacia sus sueños y frustraciones como artista y hombre común.


- ¿Hubieron desilusiones en su trabajo creativo?


- "¡Son muchas!, pero recuerdo a una en particular. Una escultura tamaño natural de Jesucristo - me muestra una foto-, que me habían encargado en San Luis. Era muy pesada, más de 300 kg y me llevó todo el año hacerla. 


Cuando la llevé a San Luis, noté que debía realizarle unos pequeños retoques antes de entregarla, por lo que trabajé hasta altas horas de la noche en el patio de una casa. A la mañana siguiente, cuando fui a verla... "La escultura no estaba, se la habían robado"...  Nunca pude cobrar el trabajo ni recuperar la escultura... Hice la denuncia a la policía, pero no pasó nada"...


Su voz se va apagando a medida que me relata lo sucedido.


- Y que me puede decir de las alegrías, de su trabajo.


- También son muchas, ya que mis obras están en algunos lugares del mundo. Recuerdo que un año cayó a mi casa un bodeguero norteamericano, que había estado en la Bodega Arizu y vio el "Vía Crucis del Vino" que había hecho en frisos y le preguntó a la gente de ahí donde vivía. Como me conocían lo mandaron a mi casa y bueno, se alegró al ver mis trabajos y me compró unos cuantos, para exponer en su bodega...


O la escultura de "La maternidad" que está en el Notti, por ejemplo, la hice usando de modelo a mi señora en el año 82'. Ella estaba embarazada...


"La maternidad"
de Hugo Víctor Leytes
Exhibida en el Hospital Pedro Notti

Acota la señora:

- "Mientras posaba para la escultura, yo estaba muy angustiada por la Guerra de Las Malvinas, porque esperaba un hijo"...


Pensaba quien me va a atender, si están todos ocupados con la guerra, quien me va a dar la leche para el bebé. Cuando mi hijo nació, decidí donarla al Hospital de Niños y años después, cuando Emiliano tenía 8 años, se inauguró el Hospital Notti y la vinieron a buscar. Estuvo presente el Gobernador Bordón" (me muestra una foto, que conserva como recuerdo)...


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"El universo del escultor"
de Hugo Víctor Leytes

Luego de una amena charla compartida con Hugo, la señora y Leandro, uno de sus seis hijos, los tres salieron a despedirme hasta la puerta de su casa. 


Cuando me detuve a admirar el friso en alto relieve que está en el porche de entrada, Leandro con orgullo me dijo: 


- ¡Es un autorretrato de mi papá!


Hugo que permanecía en silencio, comenzó a darme algunos detalles de la obra y la charla, que hasta ese momento parecía extinguida, se reavivó con el entusiasmo y el énfasis, que sólo los "maestros", ponen en cada una de sus creaciones.





¡Con todo mi total agradecimiento al "maestro" Hugo Leytes y Familia, por recibirme en su casa y por la atención dispensada!





Otros temas que quizás sean de tu interés:



* Parroquia Nuestra Señora de la Carrodilla.


* El Santo Calvario y la Capilla del Señor de la Salud.


* Los murales de  Nuestra Señora de La Carrodilla.

Preservar el patrimonio cultural, histórico y natural de Mendoza, constituye una obligación ineludible, para quienes tenemos el privilegio de observar, testimonios de los esfuerzos realizados por el hombre o la naturaleza, a lo largo de muchos siglos.

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