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LAS BÓVEDAS DE USPALLATA

Las Bóvedas de Uspallata.

Por: Enrique Guerrero.

Las Bóvedas de Uspallata


Los parajes mendocinos enriquecen sus nostalgias, con estos rincones que se adueñaron del paisaje, hasta integrarse de una forma insospechada con la cordillera.

 

En sus pequeñas cúpulas se enraizaron las ambiciones de un hombre, que no se detuvo en la fecunda labor, de arrancarle a la tierra, el brillo plateado de sus sueños.

 

Ellas le dan nacimiento a una historia protagonizada por el barro y las formas geométricas, de una arquitectura criolla, si se la puede llamar así, que atesora una pizca del siglo XVIII y que, gracias a políticas públicas de conservación, se han proyectado hasta nuestros días.


De los "Apuntes del Camino".



¿Bóvedas o Cúpulas?


Aunque visualmente la bóveda y la cúpula son dos estructuras arquitectónicas totalmente diferentes, con frecuencia se las menciona indistintamente o como sinónimos.

 

Ambas tienen un elemento en común: el arco. A grandes rasgos se puede decir, que en el caso de la bóveda, se proyecta horizontalmente y en la cúpula o domo, gira sobre sí mismo.


Ejemplos de la bóveda y la cúpula,
en la arquitectura colonial mendocina.


Saliendo de Uspallata


Salimos de la localidad de Uspallata con dirección norte, por la RN 149, sobre la que debíamos transitar los 3,2 km, que nos separaban del Museo Histórico "Las Bóvedas".


Nos acompañaba un día espléndido y soleado, por un camino solitario que desnudaba una intimidad de quietud y silencio, perturbada solamente, por los clamores del arroyo Uspallata.


Vista de la Cordillera de los Andes,  desde la playa de estacionamiento (2019)

Las siluetas de dos granaderos con una mula carguera, el suelo agreste y la Cordillera de Los Andes como telón de fondo, completaban un paisaje perfecto de la cotidianidad colonial.

 

Fue en este sitio, donde a finales del s. XVIII y hasta principios del siguiente, se fundió la mayor cantidad de la plata (Ag), extraída en las minas de Los Paramillos, Rosario, San Lorenzo Mártir y alrededores de Uspallata, con una sobreexplotación tal, que durante los primeros cinco años, muchas de ellas ya se habían agotado.

 

La fundición de metales para la corona, comenzó en 1774 en un horno que la Orden Domínica, construyera en proximidades a la Posta de Uspallata.


… "llegamos hasta la Posta de Uspallata. Una milla antes de llegar, pasamos frente a las Bóvedas - las construcciones para la fundición de las minas San Pedro -, sobre las cuales he de volver en detalle"...

John Miers, "Travels in Chile and La plata" (1826).


La Ruta de la Plata (Ag)


LAS BÓVEDAS DE USPALLATA (2019)

Las Bóvedas fueron emplazadas estratégicamente, en el Camino Real del Oeste o de Uspallata, entre las minas y la Capitanía General de Chile.


Las construcciones en 1830, 1945 y 1956
(foto del Museo Las Bóvedas)
Desde acá partía la plata (Ag) y en menor cantidad el oro (Au) en lomo de mula, con destino a la Casa de la Moneda en Chile.


Una vez allí, se acuñaban los doblones de oro y reales de plata manualmente, a percusión de martillo y prensa.


Volvían a Mendoza, donde se traspasaba la carga de los mulares a los carros tirados por bueyes, siguiendo el viaje a Buenos Aires, desde donde partía en carabelas o galeones, hasta su destino final: las arcas reales españolas.

Las mimas eran explotadas por un mendocino de apellido Molina, que con un viejo español y otro nativo se habían asociado para la especulación. Vi a este Molina en las Bóvedas de Uspallata, parecía ser un hombre sensato, y explicaba todos los detalles del trabajo sin la menor reserva, y con la mayor cortesía; quedó muy complacido con mi curiosidad y parecía deseoso de satisfacer mis preguntas en todos sus aspectos. Desgraciadamente no estaba enterado de que las operaciones de fundición continuaban, pues de haberlo sabido habría indicado a mi arriero que se detuviera” …

John Miers, "Travels in Chile and La plata" (1826).


Trapiche hidráulico para la molienda 2019
(fines del Siglo XVIII)
Fue en 1790, cuando Francisco Javier Molina y el español José Moret iniciaron la construcción de esta planta para procesar el mineral extraído en la zona.


La constituía un horno de fundición, tres chimeneas y un trapiche hidráulico para la molienda, alimentado con las aguas del arroyo Uspallata.


Croquis con la distribución de los edificios, no a escala, confeccionado en base a una maqueta expuesta en el Museo Las Bóvedas.


Señalaba el ex jesuita chileno, Juan Ignacio Molina (1740-1829), que "en la mina de Uspallata, tras cavar más 300 pies de profundidad en 1766, se habían encontrado minerales que "no daban indicio alguno de degeneración". Los ensayos hechos en Lima del mineral extraído "con los ensayadores más peritos de Potosí", habían demostrado que el mineral encontrado en una veta central (de las cinco que componían el territorio) rendía más de doscientos marcos de plata pura por cajón".




Las Bóvedas dUspallata


LAS BÓVEDAS DE USPALLATA
 
(Las Heras - Mendoza)
Latitud: S32 34.176 
Longitud: W69 20.432
Altura: 1921 m s.n.m.

La Municipalidad de Las Heras, que actualmente administra y regula el libre ingreso al museo, realizó arreglos, tales como el revoque exterior, colocación de membrana asfáltica y pintura del techo, con el objeto de preservar la construcción de adobe y barro, de las lluvias y otros agentes climáticos.


ESCUDO AZUL (2019)

El 18 de mayo de 2018, la Comisión Nacional de Museos, en conmemoración al Día Internacional de los Museos, las distinguió con el Escudo Azul que luce la fachada del frente y las acredita internacionalmente como:

Escudo Azul
(Blue Shield)

"Bien Cultural Protegido bajo la Convención para la protección de Bienes Culturales en caso de conflicto armado y sus dos Protocolos".


"Bicentenario del Cruce de los Andes (1817-2017)".


Tal distinción la comparte con el Campo Histórico "El Plumerillo" y la Capilla Histórica "El Plumerillo".







Museo Las Bóvedas


Paredes de un metro de espezor y dos arcos, dividen las tres cúpulas. 2019

Luego de una breve reseña, desarrollada por un informador turístico de la Municipalidad de Uspallata, ingresamos al interior del museo. Estaba más fresco que en el exterior, debido a la aislación que producen las paredes de más de 80 cm de ancho, la forma de cúpula "apuntada" del techo y el piso de baldosa criolla.


Las-Bóvedas
Escalera de tronco, tinaja y acta de posesión.

En muchos de los objetos expuestos, aún se pueden sentir el reclamo insistente, de un pasado de esclavitud y dolor...

 

Apenas ingresamos, una tinaja y una pequeña escalera confeccionada con un tronco, para uso en el interior de las minas, nos remite a la mita[1] minera española, que tuvo sus inicios en el s. XVIII.

 

Enmarcado sobre la pared, se expone el acta de posesión de la mina "Del plomo Ronco", en el Real Asiento de San Lorenzo Mártir.


Encabezamiento acta de propiedad
Mina "Del plomo ronco"
En el encabezamiento se registran varias fechas. Tres manuscritas de 1754, 1733 y 1734 y dos impresas en el Sello Real: mil setecientos cuarenta y cinco y cuarenta (ilegible)".
Araucaria petrificada (izq.) - Campana de fundición (centro)  - Bateas de algarrobo (der.)
del bosque de Darwin.  (2019)

Pared del fondo de la capilla, asentada sobre cimientos de piedra. 2019)

Por esas licencias que les da el tiempo a los objetos, aún se mantiene en pie, la pared del fondo de la antigua capilla, tal como se la puede apreciar en imágenes de 1830 y posteriores.


Los cimientos de piedras, unidas por un mortero de cal y arena, exhiben aun hoy, después de dos siglos, una gran fortaleza.


Fotografía histórica de Las Bóvedas.
También se puede apreciar en esta y otras imágenes históricas, que el resto de la capilla está derrumbada, por lo que la construcción actual usada como depósito por la municipalidad de Las Heras, debe pertenecer a algún momento del s. XX.
PATIO TRASERO (2019)
A la izquierda se observa una muela, del trapiche hidráulico.

Por Decreto N°: 30.835, del 10 de diciembre de 1945, se declara Monumento Histórico, a las Bóvedas de San Martín, ubicadas en Uspallata.


El decreto que precede, erróneamente se las atribuía al General José de San Martín y tuvo que ser rectificado 52 años después, con otro que les reconoce el valor que poseen como Monumento Histórico.


Por Decreto N°: 437, del 16 de mayo de 1997, se declaran Monumentos Históricos: los restos del molino hidráulico, hornos de fundición, muros, acequias, túnel y todos los elementos prehispánicos que circundan las bóvedas de Uspallata, ubicados aproximadamente a 3 km del norte de la Villa de Uspallata, sobre el camino que conduce a la Estancia San Alberto y a Barreal (San Juan), apenas atraviesa el arroyo Uspallata.




Uspallata mística


Cuando concurrimos, tuvimos el privilegio de asistir a la muestra temática "Uspallata Mística", donde artistas locales, exponían obras nacidas en la magia folclórica e histórica del valle.


"USPALLATA MÍSTICA" (2019)
 Exposición de APU - Artistas Plásticas de Uspallata

En una de las tres salas de exposición, habilitadas en los que fueran los antiguos dormitorios de la fundición, la plástica dialogaba con los poemas escritos en idioma Millcayac (huarpe), de los que cuales rescato, uno que cita al cacique huarpe Tabalque, uno de los grandes caciques que recibió a Pedro del Castillo, cuando fundó la ciudad de Mendoza:



      Cupetete                               Yo mismo

Cu petete tabalque             Yo mismo tabalque
Mau pastequiva yequen     ahora al amanecer
Hane gunuc yu nem           así como algarroba dulce
Mulguey a paltegue            por mis pasos camino.
Top meltequi                       Vivo vida eterna
Yequen zequech                  ¡así como ave
Yequen hacot                        así como estrella 
Alteta yemen epi amari      vengo otra vez!
Huanamina chotoyan        Por eso buen hombre cantar
Huanamina hunuc huar    cantar al dador de vida 
Huanamina chotoyan        Por eso buen hombre cantar
Huanamina hunuc huar    cantar al dador de vida

de: Claudia Herrerra, Comunidad Huarpe Guaytamari



Las pocas construcciones del s. XVIII que aún están en pie, más allá del rol protagónico que tuvieron en su momento, nos legaron una marcada identidad, del periodo colonial mendocino.


En todas estas historias, se alternan y repiten constantemente los mismos personajes: monarquía española, órdenes religiosas, sometimiento de los pueblos originarios y el saqueo de las tierras y riquezas de América.

 

Muchas vidas pasaron frente a sus puertas. Algunas se quedaron allí y otras, prosiguieron su destino de grandeza, como las del general José de San Martín o la columna Libertadora del Ejercito de Los Andes, al mando del general Las Heras.

 

Al igual que la Capilla de "El Plumerillo", el "Puente de Picheuta" y otras construcciones, se han construido sólidos relatos que las vinculan con la Gesta Libertadora, aunque la realidad es otra.

 

Lo que no se puede negar, es que todas ellas tienen una fuerte personalidad arquitectónica y un gran valor testimonial, cualidades que les garantizó el ingreso, a las páginas de la Historia Mendocina.





Se acercan las fiestas de fin de año y con ellas, ese momento tan especial, que nos congrega en torno a la mesa familiar.

Ideal para finalizar un año y comenzar el siguiente, con  mucha Paz, Amor y Esperanza en el corazón, y compartir
                  el pan de la Noche Buena, recordando que sólo el amor
                  verdadero, puede cambiar el mundo.

                   A todos los lectores y amigos que me han acompañado
                   durante este tiempo, les envío un fuerte abrazo les
                   deseo, ¡Felices Fiestas!

                                



Cómo llegar con Google Maps,
saliendo de Uspallata





[1] mita minera: sistema de trabajo forzado que aplicó la corona española, para reducir los costos en la minería de la plata. Se impuso durante el periodo colonial, a los indígenas del área andina y consistía en la realización obligatoria por parte de estos de determinadas tareas vinculadas a la actividad productiva como pago de tributos; era similar al "cuatequil" de Mesoamérica.





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  * Minas de Los Paramillos.

  * Minas de talco "La mendocina".

FUERTE REAL SAN CARLOS

Maqueta del "Fortín Real San Carlos".
Latitud:  33°46'17.40"S
Longitud:  69° 2'30.04"W

Por: Enrique Guerrero.

El "Fortín" San Carlos


A principios de 1770, el pueblo de Mendoza reunido en Cabildo Abierto, decide fortificar el sur mendocino, con el fin de detener los continuos embates de malones pehuenches[1] y huilliches[2], a las estancias coloniales del Valle de Uco.

De tal decisión el 05 de febrero de 1770, nace el Fuerte Real San Carlos, bautizado así, en honor al soberano español Carlos III, localizado en la zona conocida como "La isla", entre los arroyos Yaucha[3] y Aguanda[4], a 100 km de la ciudad de Mendoza.

Estaba protegido por murallas de tapial que formaban un cuadrado de 42 varas (35,11 m) de longitud por cada lado, y 4 varas (3,34 m) de alto. En cada ángulo había un baluarte con sus garitas. El foso tenía una extensión de 57 varas (47,65 m) de largo por 4 ¼ varas (3,76 m) de ancho. Dentro de los muros, había seis cuarteles por el lado norte y cinco por el lado sur, todos ellos con techo de media agua y puerta de cuero. En el costado oriental del fuerte estaba la habitación del Comandante y una bóveda que sirve de Sala de Armas con puerta de cuero y candado con su corredor que sirve a la dicha pieza y bóveda.

 

Francisco Esquivel Aldao, “Descripción del Fuerte San Carlos, 10 de mayo de 1789”; Síntesis histórica del Departamento Mendocino de San Carlos de Dionisio Chaca.


El 3 de octubre de 1772, respondiendo a lo solicitado por un grupo de ganaderos que deseaba establecerse en cercanías al fortín, arriba una comitiva integrada por el Gobernador y Corregidor de Cuyo (1771-1773), Juan Manuel Ruiz, un maestre de campo de las milicias, un sacerdote, un escribano y tres cabildantes.

Para tal efecto, se firma el acta en la que acuerdan fundar la Villa de San Carlos, anunciándolo en un poste en medio de lo que hoy es la plaza departamental, convirtiéndose en el segundo asiento poblacional, después de la ciudad de Mendoza.


Capitanes de Amigos, en la Frontera Mendocina


En abril de 1786, el Gobernador del Reino Chile, Ambrosio de Benavidez Medina Liñan, le dirige un oficio al Comandante de Frontera de Mendoza, José Francisco de Amigorena, en el que le enumera los requisitos que deben reunir los militares que se designen como "Capitanes de Amigos", entre las que figuraban: sean honrados, peritos en el idioma índico (lenguaraz), que sepan leer y escribir, hagan de escoltas, mensajeros, asistentes de los caciques en sus tratos comerciales y espías en territorio indígena.

PEHUENCHES Y HUILLICHES


"Sin embargo, las divisiones entre pehuenches y huilliches no remiten en absoluto a distinciones “étnicas” o “culturales”. La “pehuencheidad” se definía fundamentalmente en función del contexto político, militar y económico de fines del siglo XVIII. Los pehuenches, como grupo político y no como etnia, eran aliados de los españoles. Recibían de estos últimos un apoyo logístico apreciable en sus guerras por el control de las vías andinas de comunicación, de las minas de sal y de lugares de pastoreo".

Raúl J. Mandrini "Hacer historia indígena"


Con la figura del "Capitán de Amigos", se deseaba estrechar la distancia existente, entre el estado español y el liderazgo que ejercían los caciques, relación a partir de la cual, se afianzaron los lazos de unión (alianzas), entre el pueblo pehuenche y el español.

En un principio, los pehuenches trataban a los españoles de "peñiso" (hermanos), pero con el tiempo, y en la medida en que recibían protección militar y agasajos abundantes de sus aliados, el comandante de frontera José Francisco de Amigorena pasó a ser visto como:


"padre de toda la Nación Pehuenche, según los favores repetidos que de su patrocinio le resultan"


Oficio de Francisco Barros a Amigorena, transcribiendo el discurso del cacique Currilipi, pehuenche del Neuquén. Malargüe, 19.8.1790 (Archivo General Provincia de Mendoza 57/80).




El Gral. San Martín
óleo de Fidel Roig Matons
Aunque la consulta más difundida en el Fuerte San Carlos, fue la que realizara el coronel San Martín (1816), previamente se habían llevado a cabo muchas otras consultas o parlamentos, en su mayoría de pehuenches, que contribuyeron a que esta última fuera posible.

En ellas solicitaban protección y colaboración militar contra los ataques huilliches, alimentos, armas, bebidas, y la garantía que les ofrecía el Capitán de Amigos, considerado por ellos, como su fidedigno interlocutor ante la corona.




LA CONSULTA DE LA NOCHE DE 1789


Maqueta del "Fortín" San Carlos

Relata Don Isidro Maza, en la historia de San Carlos, que los primeros días de noviembre de 1789, se llevó a cabo una consulta de importancia, tal como lo refleja esta carta que Amigorena le eleva a Sobremonte:

“formados en batalla dando las mejores muestras de fidelidad, entrando los caciques en una de las noches de las funciones en unos carros triunfales, acompañados de todas las indias e indios con dos velas en las manos, demostrando así que venían en son de paz y sin armas, seguidos de 50 milicianos haciendo de escolta y al tiempo de dar su balada el cacique Pichintur me entregó en el tablado a nombre del cacique poeta Currilipí, un pliego que contiene las décimas que acompaño a V.S….”


Carta del General Amigorena elevada al gobernador Intendente de Córdoba del Tucumán, marqués Rafael de Sobremonte, expresando satisfacción por esta nueva consulta, con los indios del sur.






Décimas Pehuenches


           En lengua pehuenche        Traducción al castellano             

               Antu pagegén,           Sol que eres luz,

                Neyú Mapú,              Aliento de mi tierra

               Butá Gunegén,          gran dios,

               Amún Tutú,               Que te vas para
                                                                              dormir,

               Ufcbún Quillén,         La adorada luna

               Eimé curé,                   Tu mujer,

               Gubín medún,            Guardará tu sueño,

               Waranka buaglén,     Y mil estrellas,

               Huenú mapú,             En el cielo,

               Gen.                              Dueño.

                Del poeta: Cacique Currilipí.



Currilipí, cacique gobernador de los pehuenches del Neuquén, no sólo fue un gran cacique sureño, sino también un poeta que le cantó al dios Antü (sol) y a la diosa Quillén (luna), para colmar esa necesidad de fe, belleza y misticismo, del pueblo pehuenche que se asentaba en el sur mendocino.


DOS CULTURAS, ENLAZADAS POR UN POEMA


Esta poesía que cumple 230 años en este mes, revela un costado literario poco conocido, de las tribus que habitaban el sur de Mendoza, a mediados del siglo XVIII.

De la lectura no sólo se desprende que Currilipí había aprendido a leer y escribir, posiblemente en alguna reducción española[5], sino que más allá del liderazgo que ejercía como cacique, poseía una fina sensibilidad que le permitía traducir su mirada interior, en las décimas de un poema.

En el habla de una cosmovisión originaria, que emparienta la tierra y los astros, en un todo con el hombre.

Además, resulta maravillosa la enseñanza que deja este momento, donde un hombre le obsequia un poema a otro, que en muchos casos, los persiguió hasta su extinción.



El Fuerte Real de San Carlos, que comenzó siendo un "fortín", tuvo una vida muy efímera y un indudable protagonismo en la historia cuyana y nacional.

A partir de 1850, ochenta años después de su creación, los problemas con las tribus habían cesado, pero con la llegada de las poblaciones hispanocriollas, se hacía necesario establecer el orden, por lo que continuó prestando servicios como Cuartel Policial.

En 1860 se adaptó la edificación a su nueva función y así fue recibiendo grandes cambios y reparaciones, debido a la inestabilidad que presentaba la construcción de barro en una zona aluvional.

Su total desaparición se produjo en la década de 1920, debido a la construcción de una comisaría, momento tras el cual, se dejan las ruinas de un baluarte y un cañón, como testimonio histórico de "El Fuerte San Carlos".

El Decreto N° 4.592/51 (07/03/1951), declara Lugar Histórico Nacional, al predio ocupado por el Fuerte San Carlos, en el Departamento de San Carlos, Mendoza.




Luego de esta historia tan singular, me despido con un saludo y el deseo de que la vida, nos brinde siempre buenos senderos para andar. 




Cómo llegar a las ruinas del Fuerte
 con Google Maps





[1] Pehuenches: gente del pehuén, (pehuén: araucaria, che: gente). Se los llamaba así por cuanto basaban su alimentación en la recolección de piñones (semillas de araucaria), conífera que crece principalmente a más de 1000 metros sobre el nivel del mar.

[2] Huilliches: gente del sur (huilli: sur, che: gente). El actual territorio argentino, fue invadido por huilliches que provenían de lado oeste de los Andes. Eran conocidos como "huiliches serranos"  y posteriormente, como manzaneros". Invadieron una franja del territorio neuquino que iba desde el río Agrio al Limay.  Posteriormente se expandieron hacia el sur de la Provincia de Mendoza,  combatiendo y desplazando a los pehuenches.

[3] Yaucha: "los indígenas le daban el nombre de yaucha a una especie de cardo que abundaba mucho en la zona, donde corre un arroyo del mismo nombre, el cual, al pasar por la villa de San Carlos, forma con el arroyo Aguanda el paraje que se llamó La Isla (Toponimias de Isidro Maza).


[4] Aguanda: "modismo criollo de aquellos primeros pobladores, que hablaban entremezclando la lengua española y la india, y cuyo significado es agua honda, y ello se justifica porque el arroyo que allí pasa era algo profundo en relación con el emplazamiento del Fortín Aguanda, que se encontraba en una lomada" (toponimias de Isidro Maza).

[5] Reducción de indígenas: núcleo poblacional de indígenas llevado al catolicismo,  en el territorio americano durante la conquista española.





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Preservar el patrimonio cultural y las tradiciones, constituyen los únicos caminos posibles, para mantener vigente la historia de nuestros orígenes.


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