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El Vampiro de Barriales

Plaza "Mercedes Tomasa de San Martín de Balcarce"
(Los Barriales)


¿Cuento de misterio, leyenda o mito?...


Por: Enrique Guerrero.


 Casi todas las historias, que con el paso de los años han ido pincelando nuestra vívida imaginación, tienen un origen incierto, se desarrollan en un lugar indeterminado y ocupan un espacio y un tiempo, que pocas veces se  puede precisar.

Esta en particular, a finales de agosto del presente año, cumple medio siglo de vida y nació como resultado de un suceso, que sumió a toda la localidad en la incertidumbre y el desconcierto, atrayendo las miradas de la prensa provincial, nacional y de la policía local.


Habían pasado tan sólo tres años desde que el hombre conquistara la Luna, a fines de julio del ´69 y flotaba en el aire, una sensación de optimismo y felicidad, que rayaba por momentos la omnipotencia, donde todos los caminos eran posibles, para un hombre que atravesaba decidido, la segunda mitad del siglo XX.


Fuera de los actores que la protagonizaron y la gente de los alrededores, la comunidad en general y la prensa del momento, la tomó con descreimiento e ironía. No había espacio en el periodismo, para criaturas mitológicas, seres híbridos o vampiros, sin embargo, cuando finalizaba el invierno del '72, ocurrió.



EL Vampiro de Barriales


leyenda rural

Adaptación: Enrique Guerrero.



Viñedos invernales.


Las mañanas invernales en Los Barriales, despiertan con casitas dispersas, chimeneas humeantes y surcos de tierra, donde reposa la helada, que pacientemente tejió la noche. El aclarar de a poco, destaca las formas retorcidas de los sarmientos, haciendo estallar los viñedos, en una sinfonía inconclusa de ocres, montañas y vino.


En el hogar, el aroma al café recién hecho, el mate cocido, la leche, las tortas con chicharrones y el pan casero cortado sobre la mesa, atestiguan el trajinar propio de la familia, que se va desperezando, para iniciar la jornada.


Finaliza agosto del '72 y un poblado de pocos habitantes, en su mayoría agricultores, ignora que está a un paso de protagonizar una historia, que trascenderá los límites de nuestra provincia.


Aquella mañana, como muchas otras, don Pancho se dirigía al chiquero para alimentar a los cerdos, cuando al pasar junto al gallinero, le llamó la atención el silencio, al que se habían llamado las aves y para mayor sorpresa, la puerta estaba entreabierta, siendo que él, ritualmente la aseguraba con unas vueltas de alambre.


Sin vacilar ingresó al mismo y cuán grande sería su asombro, al descubrir que todas sus gallinas estaban muertas y dispuestas en una circunferencia, que causaba espanto. Lentamente se acercó a las aves y una por una las fue empujando con la punta del pie, como queriendo despertarlas, pero el rigor mortis, le anunciaba que el sueño en el que estaban sumidas, ya no se los permitiría. 


Mientras se esforzaba en descifrar la escena de horror que presenciaba, las preguntas se agolpaban en su cabeza, sin que una sola respuesta, aportara un rayo de luz a lo sucedido. 


¿Por qué no escuchó ningún alboroto en el gallinero, siendo que las aves estaban siendo atacadas?, ¿De qué habían muerto, si no se observaban rastros de sangre?,  ¿y los perros, extremadamente guardianes por naturaleza, por qué no delataron con sus ladridos, la presencia de un extraño en la propiedad?...


Estaba en esas cavilaciones, cuando advirtió las marcas dejadas por unos pinchazos, en el cogote de los pollos, los que a pesar de su gran tamaño, pesaban muy poco, como si se los hubiera desangrado...

Alarmado, con furia y tristeza, corrió a contarle a su mujer l0 sucedido. Ella permaneció por un rato en silencio, haciendo muecas de no entender lo que oía, por más que Pancho se esforzaba en darle los detalles del caso. Estaba claro por las marcas en el cogote de las aves, que el responsable había sido un animal, aunque la disposición geométrica y hasta casi ritual, en la que habían sido dispuestas, planteaba serios interrogantes.

Como suele suceder en los pequeños poblados, las noticias no demoran en difundirse, por lo que al rayar el mediodía, no había quién, no hablara de los pollos de don Pancho, formulando todo tipo de conjeturas, teorías y sospechas.



Los días que le sucedieron, se vieron desbordados de episodios similares. Como si la matanza de animales fuera una plaga, se fue extendiendo entre las conejeras y corrales de los alrededores, valiéndose de la complicidad de la noche.
Las noches siguientes, serían inimaginables...

Tan pronto oscurecía, las pocas calles del pueblo quedaban desiertas y la gente se guardaba en sus casas, temiendo lo peor. 

Las puertas y ventanas, se cerraban y trababan de una en una, y las familias más devotas, se congregaban en un rincón de la casa, para orar y pedir la protección de Dios.

Las principales sospechas recaían sobre un vampiro, por la ausencia de sangre en las víctimas y las menos, en el hombre lobo, esta última, quizás influenciada por el personaje de un radioteatro, que Radio Libertador ponía en el aire al mediodía, "Nazareno Cruz y el lobo", con la compañía teatral de Ubriaco Falcón. Demás está decir, que esa remota posibilidad, dejó un tendal de perros muertos, particularmente los de color negro, que eran baleados cuando merodeaban por las casas, buscando algo que comer.

Algunos vecinos haciendo alarde de un coraje poco usual, se convocaban cuando oscurecía y munidos de escopetas, azadones, faroles de querosene y linternas, patrullaban los posibles nidos que tendría el vampiro, recorrido que incluía principalmente el cementerio de Barriales, lugar donde se resguardaría durante el día y los densos pajonales de los alrededores.

Pero estas movidas no intimidaban a la extraña criatura, que a la noche siguiente iba por más sangre. Y así, una mañana un vecino encontró varias decenas de conejos muertos, la siguiente, otro denunció que sus pollos y un cordero habían sido desangrados hasta morir y la gente de los pueblos vecinos, que hasta ese momento eran mudos testigos de las historias de Los Barriales, comenzaron a protagonizar las propias.

En el destacamento policial, la gente se agolpaba en largas filas, para radicar denuncias, prestar testimonios de extraños sucesos  y manifestar el descontento generalizado que imperaba. Por lo que el comisario viendo el estado de alarma que cundía y sabiendo que había gente armada en las calles, ordenó sin demora un rastrillaje, del que participaron policías, vecinos y perros sabuesos, por la zona conocida como "el pantano",  unos pastizales que lindaban con los fondos del cementerio. 

Como es de suponer, no se obtuvieron resultados positivos y los hechos continuaron afectando de manera desordenada, a vecinos de Isla Grande, Palmira y Rodríguez Peña


Los meses de septiembre, octubre y noviembre del '72, marcaron tiempos difíciles y de mucha tensión, hasta que una mañana, sin que nadie supiera cómo, el vampiro tan misteriosamente como había llegado, desapareció...




La cobertura periodística


Cuando la noticia tomó estado público, los medios periodísticos y radiales, le dieron una cobertura sensacionalista, que no se esmeraba en ocultar el escepticismo, que provocaba la aparición de un vampiro en pleno siglo XX.


El diario mendocino "El Andino", en su edición vespertina del 02 de octubre de 1972, publicó en sus páginas, un artículo que llevaba por título "Identi-kit del Vampi". Fue realizado por un equipo técnico, que más allá de colaborar con el caso, planteaba con ironía la misteriosa noticia, que afectaba a toda una comunidad, en desmedro de los barrealinos, que se sentían objeto de la burla, "de los de la ciudad".


"Identikit" de Diario "El Andino"

De los testimonios que por separado brindaron las víctimas, se pudo saber que tenía colmillos largos, trompa de oso hormiguero, alas y patas de vampiro, cuerpo grande y cola de zorro de color colorado (por unos pelos hallados en un gallinero) y una panza prominente, que servía para alojar la sangre, de todos los animales que atacaba durante la noche.


Demás está decir, que ese y otros artículos publicados por el vespertino, reflejaban la poca seriedad con que se abordaba el tema, con titulares tales como: "El vampi faltó a la cita", "El reposo del Vampi", "El Vampi volvió a las andadas", etc.


¿VERDAD, MENTIRA, MAGIA... QUIÉN PUEDE SABERLO?

 

Los Barriales Mendoza, a 45 kilómetros de la ciudad. Tres mil almas. Trabajo y silencio. De pronto, cada día, aparecen animales muertos. Alguien o algo, los mata y los desangra. Hoy hay piquetes, armas, batidas, mucho miedo y una leyenda, empieza a ser escrita.

 

REVISTA GENTE: 12 de octubre de 1972.


"La leyenda que venció el tiempo" (Los Andes)

Por su parte el Diario "Los Andes", en vecinos / edición impresa, del 19 de enero de 2013, con el titular "El vampiro de Barriales, la leyenda que venció el tiempo", realiza una cronología pormenorizada de los hechos, que sucedieron al cumplirse los 40 años,  de un suceso que atemorizó a toda una comunidad.


"EL BODEGUERO VAMPIRO" Y 

"EL VAMPIRO DE BARRIALES (OTRA VERSIÓN)" 


Ilustración del relato de la Sra. Juana Arboit

Bajo estos títulos, la "Revista Junín", publica en su apartado leyendas, dos historias del Vampiro de Barriales, la primera  firmada por Lautaro Godoy/1°3° y el segundo relato, dando testimonios personales y de vecinos, la Sra Juana de Arboit.

REVISTA JUNÍN: Volumen 1, N°1, AÑO 2015.


Demás está decir que la noticia ocupó los titulares, de los principales diarios nacionales y provinciales, tales como, "La Nación", "La Razón", "Crónica", "Los Andes", "Mendoza", "El Andino"  y posteriormente diario "Uno" , ocupando un capítulo en el libro "Mitos y leyendas del vino argentino", de Natalia Páez.




Me gustaría saber que piensan ustedes de la historia y del rol que jugaron los medios de comunicación. 


¿Fue un relato de misterio, una leyenda de terror o es simplemente un mito?...  Claro está, que tanto sea lo uno como lo otro, nadie puede asegurar que el vampiro, no volverá un día de estos a "Los Barriales".




Con esa reflexión final, me despido de todos ustedes, con el deseo de que la vida nos brinde, buenos senderos para andar.




Para finalizar, los invito a deleitarse con un simpático "gatito cuyano", compuesto por el apreciado amigo, compañero de senderos y músico, Diego "Gucho" Guiñazú, quien como no podía ser de otra manera, es "corajudo" , barrealino y cantor.



"El Vampiro" (gato cuyano).                        
Letra y música: Diego "Gucho" Guiñazú.    
Arreglos: Mauricio Montaño.                  

      
                     


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* La leyenda del Futre.


EL POZO DE LAS ÁNIMAS - leyenda mendocina

El Pozo de las Ánimas, Los Molles, Malargüe


LEYENDA DEL POZO DE LAS ÁNIMAS


Adaptación: Enrique Guerrero


Los pehuenches[1], eran en apariencia similar a los huarpes, hasta podía decirse que a simple vista, resultaba difícil distinguir a unos de otros, ya que como aquellos, eran altos, delgados y de tez oscura; está claro que los hábitos y costumbres, marcaban claramente las grandes  diferencias que los distanciaban.


Hablaban el chedungun, una variante del araucano, eran cazadores y recolectores, y basaban su alimentación en el consumo del pehuén, piñón de la araucaria, de ahí que se los conociera como "la gente de la araucaria”.


De costumbres nómades, cruzaban la cordillera por pasos que sólo ellos conocían e iban desde su asiento natural, en el centro y sur de Chile, hasta Neuquén, en dónde se establecieron y desde dónde con los años, se expandirían al sur mendocino.


"Los pinales de Nahuelbuta"
Atlas de Chile (1854), de Claudio Gay Mouret (1800 - 1873)

Un reducido grupo de familias, se afincó en la zona de Malargüe[2],  sobre las  márgenes del Chadileo o Chadileufu[3],  en cercanías a lahuen-co[4], nombre dado a las aguas termales del lugar.


Vivían de la caza de ñandúes y guanacos, y de la cría de caballos y ganado caprino.




Una noche, mientras estaban reunidos alrededor de una gran fogata alimentada con leña de molle[5], sintieron el galope desenfrenado de un malón, que provenía del oeste.

"Familia pehuenche" (1840)
Dibujo de Johann Moritz Rugendas (1802-1858)
Como tantas veces, los araucanos regresaban con la intención de darle muerte a sus hombres, llevar cautiva a las mujeres y niños, y robarles el ganado.

Por prudencia más que por temor, ágilmente se incorporaron y salieron en busca de un lugar seguro donde resguardarse.


El estremecedor sonido de los gritos y el retumbar de los cascos de las cabalgaduras, presagiaban un trágico final.

Cuando sus energías se hubieron agotado y estaban prontos a rendirse, se produjo un gran silencio. El galope de los caballos enemigos cesó y los gritos se apagaron.

Asombrados y atemorizados, se guarecieron tras una gran roca, hasta que el alba disipó las sombras de la noche.



Cuán grande sería su sorpresa, al salir del improvisado refugio y ver que el valle estaba desierto y sus captores habían desaparecido. 

Animados regresaban a la toldería, cuando gritos y quejidos, que provenían de un lugar indeterminado, llamaron su atención. 

Tras andar un poco más, advirtieron que se originaban en un pozo profundo y de gran tamaño, con el fondo cubierto de agua, que se había abierto bajo los pies de los jinetes, tragándolos. Ngenechen, el dios protector había acudido en su auxilio, poniéndolos a salvo.

Desde ese entonces y cada tanto, en las noches sin luna se escuchan lamentos. Algunos dicen que es el viento que vaga entre las piedras y otros, que son las ánimas de los araucanos, que aún luchan por escapar del pozo.

Por tal motivo, a esas dos grandes cavidades, los lugareños las llaman "Pozo de las Ánimas", en tanto los pehuenches, lo bautizaron como trolopeco[6], voz araucana que significa, "agua que se abre paso".




EL POZO DE LAS ÁNIMAS


Se encuentra ubicado a pocos metros de la RP 222, a 7 km al oeste de Los Molles y a 12,5 km antes de llegar al Centro de Esquí "Las Leñas", en el Departamento de Malargüe.


Pozo de las Ánimas
Los Molles - Malargüe

Latitud: S35 11.373
Longitud: W70 00.109
Altura: 2014 m s.n.m.

Estas bellas y curiosas formaciones geológicas, que le han dado nacimiento a la leyenda, reciben el nombre de "dolinas", palabra de origen esloveno, que significa valle o depresión, las que en este caso, están formadas por dos cavidades, divididas entre sí, por una frágil pared.


Deben su origen, a la disolución de los depósitos subterráneos de rocas, tales como el yeso, la caliza y otros minerales solubles al agua, que por efecto de las filtraciones pluviales o la acción de las capas freáticas, forman cavernas, las que al derrumbarse su techo, provocan el hundimiento del terreno, dando  nacimiento a grandes depresiones de forma cónica.


"Pozo de las ánimas"

La formación consta de dos cavidades. La mayor aún continúa el ciclo de crecimiento, situación que se advierte, al ver como su perímetro se ha extendido hasta el alambrado perimetral y sobre sus paredes no asoma vegetación, debido a los constantes derrumbes. Es el que se conoce como "de las ánimas".


"Pozo de las animitas"

El otro, el más pequeño, con arbustos en sus paredes, que indican que el proceso de desmoronamiento se ha detenido, es  cariñosamente llamado por los guías turísticos y la gente local: "de las animitas".

El diámetro del pozo mayor es de algo más de 200 m, la altura hasta la superficie del agua es de aproximadamente 80 m y  la profundidad del espejo de agua varía, según lo evidencian las marcas en las paredes, pero se estima que es de 20 m o más.




Para finalizar, me despido con un abrazo cordial y el deseo, que la vida siempre nos brinde buenos senderos para andar.



[1] pehuenche: (voz araucana) pehuén: araucaria, che: gente. "Gente de la Araucaria".

[2] Malargüe: (voz araucana) de Malalhuemalal: corral, hue: lugar. "Zona de corrales".

[3] Chadileo o Chadileufu: (voz araucana) chadi: sal, leufu: río. "Rio Salado".

[4] lahuen-co: (voz araucana) lahuen: milagro, co: agua. "Agua milagrosa".

[5] molle: arbusto espinoso que le da el nombre a la localidad de Los Molles, Muy preciado por la excelente leña que produce. La abundancia de estos arbusto en la zona, le da el nombre al cercano Valle de Las Leñas. Usos medicinales: Balsámico, antirreumático, bronquial, antihistérico, galactogogo, oftálmico, purgante, vulnerario, antiartrítico.

[6] trolopeco: (voz araucana) trolope: que se abre paso, (Toponimia Araucana, del mayor Juan D. Perón), co: agua. "Agua que se abre paso"

Aunque la mayoría lo traduce como "agua del gritadero de las almas", palabras que no concuerdan, cuando son llevadas al araucano.


Si deseas saber más, sobre este apasionante rincón malargüino, te invito a que leas la transcripción del artículo "El Pozo de las Ánimas: la maravilla geológica que dio origen a una trágica y espeluznante leyenda" de Fernando G. Toledo, publicada por Diario Los Andes, el 20 de mayo de 2023. Lo hallarás aquí.



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* Laguna de la niña encantada (leyenda).

LEYENDA DEL CERRO NEVADO

Leyenda del cerro Nevado


Por: Enrique Guerrero.

En esta antigua leyenda, los pobladores originarios de Cuyo plantean una analogía, entre las fuerzas de la naturaleza y el espíritu del hombre.

 

La belicosidad de las tribus araucanas, está representada por los volcanes activos de la cadena occidental de los Andes, frente a la pasividad de los volcanes extintos del este y la vida sedentaria del pueblo huarpe.


Siendo muy probable, que naciera como una necesidad de advertirle a sus comunidades, el carácter violento de otras tribus.


Salí por fin de la Cordillera y entré en el reino de Chile, que tiene quinientas leguas de largo por veintiocho o treinta de ancho, célebre por sus diversos temblores causados por catorce volcanes siempre inflamados, que vomita la parte más elevada de sus montañas cubiertas de nieve. 

Viaje por el interior de la América Meridional - Julián Mellet (1824)





Leyenda del  Cerro Nevado


Adaptación: Enrique Guerrero

La actividad volcánica que modeló el paisaje de la Payunia, comenzó hace tres millones y medio de años y continuó sin interrupción hasta hace tres mil, siendo muy probable que las últimas erupciones, fueran presenciadas por los pueblos originarios de la región.

Leyenda del "Nevado"

No siempre se llamó Nevado. Hubo un tiempo en el que como todos los volcanes dormía y su sueño profundo, sólo era perturbado por las erupciones y sacudones, que estremecían su cuerpo mientras crecía.


Y así, con el transcurrir de los años, siglos y milenios, tiempo que se asemejaba más a la eternidad, que a una etapa de desarrollo, una mañana despertó. La metamorfosis se había operado y como recuerdo de aquel volcán estrepitoso, nacía un bello cerro, alejado de las cadenas montañosas del oeste.


Se erguía orgulloso y feliz, buscando alcanzar las nubes con las formas indefinidas de su cumbre y en juegos interminables, fustigaba vientos, hasta dejarlos rendidos y maltrechos de tanto soplar.


Sus faldeos arrugados e irregulares, hospedaban a una gran cantidad de pequeños lagartos y a sus pies, a partir de los peñascales, el suelo arenoso se iba moteando de alpatacos, caldenes, jarillas, pichanas y zampas, que convivían con los ñandúes, tortugas y grandes tropillas de guanacos del lugar.


Coronando el paisaje idílico, una Laguna Grande[1] se interponía con la cordillera, alfombrando con aguas turquesas y aves multicolores, el campo volcánico Llancanelo[2], que con el sol de la mañana, se colmaba de pájaros acrobáticos que ascendían y se precipitaban sobre el espejo agua, como una delicada lluvia de cristales.


Sus vecinos más cercanos vivían en la Payunia, otro campo volcánico densamente poblado, que llevaba por nombre el de sus ciudadanos ilustres,  Payún Matrú[3] Payún Liso, dos ancianos que hacía milenios habían extinguido su furia y hoy, pasaban los días disfrutando la serenidad que dan los años. 

Los acompañaban volcanes menores, tales como Morado y el pequeño Santa María, que en sus lejanos días de juventud, diseminó una colada de lava tan oscura en el valle, que le dio origen a las Pampas Negras.



Esta historia hubiera tenido un final feliz, de no ser que del otro lado de la cordillera, desde el norte con el volcán Láscar[4], hasta el sur con el Hudson, pasando por el Quizapú[5] que estaba frente a sus ojos, los volcanes discutían permanentemente.
 

Cerro Sosneado
(Mendoza Argentina)
Sosneado[6], el más alto de la zona, observaba confundido desde la caldera del Atuel[7], el marcado contraste que signaba la vida de sus hermanos de un lado y otro de la cordillera. 


Cada mañana cuando los primeros rayos de sol iluminaban su cresta, abría los ojos deseando que la paz hubiera llegado.


Pero tan pronto como Peteroa[8], Descabezado Grande, Tinguirrica[9] y muchos otros despertaban, continuaban las acaloradas y explosivas batallas del día anterior, con interminables lluvias de cenizas, bombas volcánicas, temblores, vómitos de fuego y lava, que finalizaban con la vida de las inocentes criaturas, que habitaban los alrededores. 



  Según cuentan los ancestros, con los años el bello cerro de cúspide gris, comenzó a sumirse en una profunda pena. Las interminables guerras de sus hermanos del oeste, con la consecuente muerte de animales y plantas que estas ocasionaban, blanquearon su cabellera. 

Y desde entonces se lo conoce como El Nevado y dando testimonio de aquellos tiempos, siempre luce su cumbre cubierta de nieve.





Cerro "El Nevado"



Cerro Nevado
Distrito Punta de Agua - San Rafael

Latitud: S35 34.799

Longitud: W68 29.407

Altura: 3.833 m s.n.m. 


El cerro Nevado se encuentra en el Departamento de San Rafael, en el límite con Malargüe. Es la mayor altura extracordillerana de Mendoza, ubicado a 130 km al este, de la cordillera principal. Su nombre en lengua pehuenche es piri-mahuida (piri: nieve, mahuida: montaña o cerro)


Sus alrededores lo constituyen una bella y delicada zona ecotonal (de transición), entre el Monte y la Estepa Patagónica.


En sus suelos arenosos y la estepa arbustiva de monte, habita uno de nuestros Monumentos Naturales Provinciales, la tortuga terrestre patagónica o "Tortuga del Nevado" (Chelonoidis donosobarrosi) y en la zona de escoriales basálticos, dos lagartos endémicos, el “Lagarto de las Rocas del Nevado” (Phymaturus nevadoi) y el “Lagarto Cola de Piche del Nevado” (Phymaturus roigorum).


Allí también, en el límite oriental de su dispersión, se ha visto una de las especies amenazadas de nuestra provincia, el "gato andino"  (Oreailurus jacobita).





Senderismo, en el  El Nevado


Para los amantes del senderismo, "El Nevado", constituye una excelente opción.

Perfil altura /distancia, elaborado por mi navegador.

Proyección del Track sobre Google earth
Desde su cima, a la que se accede siguiendo una senda de algo más de 9 km de longitud, se observa el fabuloso paisaje, compuesto por la Laguna de Llancanelo, el Nihuil y las ciudades de San Rafael y Malargüe.



Las fiestas navideñas y de fin de año, están próximas, por lo que deseo despedirme hasta el próximo año si Dios quiere, con augurios de mucha Paz, Amor y felicidad.



[1] Laguna Grande: nombre dado por los pobladores originarios a la Laguna de Llancanelo.

[2] Llancanelo: La toponimia tradicional le asigna el nombre de “punta de flecha verde azulado”, donde entiende que yanca: piedra de cuarzo, con la que se construían las puntas de flechas y nelo: color verde–azulado.

Tras consultar diccionarios araucanos y mapuches, y conocer que verde se traduce como carí o carú, en mi opinión su significado sería "Laguna temporaria o ciénaga de color verde azulado", siendo llanca: piedra de color verde azulado usada para hacer cuentas de collares (malaquita) y niellu, ñelo: laguna temporaria o ciénaga (estudio de Enrique Guerrero). 

[3] Vn. Payún o Payén Matrú (3.680 msnm): "barba de chivo"su significado deriva del mapuche payum: barba y matrü: chivo. (toponimias de Isidro Maza), La gente de los alrededores lo llaman Payén (pehuenche), cuyo significado es "cobre".

[4] Vn. Láscar (Chile): del kunza, idioma hablado durante el siglo XIX en el norte de Argentina, Chile y sur de Bolivia, "Lasckar: lengua"

[5] Vn. Quizapú (Chile, 3.788 msnm): la toponimia no proviene de una característica particular del volcán o de un idioma originario. Deriva de un apócope dado por los lugareños a la primera expedición científica que lo estudió: "Quizá(s) pu(es)".

[6] Cerro Sosneado (5.189 msnm): su nombre en lengua nativa significa: "donde primero se ve el sol" toponimias de Isidro Maza. Es el 5000 más austral de Los Andes Centrales, a partir del cual, comienzan los Andes Patagónicos, cuyas alturas del lado argentino, rara vez superan los 2600 m, siendo el más alto el Vn. Lanín (Neuquén) con  3776 msnm.

[7] Atuel: el Dr Gregorio Álvarez, opina que el topónimo proviene de la costumbre de llamarle Atuel o El Latuel. Análisis desde el mapuche: la significa muerte; tue, tierra l, apócope de leuvú, que es río, que se interpreta como: río de la tierra de muerte.

Otras interpretaciones, le asignan una raíz puelche (gente del este) y su  significado sería "alma de la tierra".

[8] Vn. Peteroa (Chile): proviene de los vocablos mapuches "püthen" (quemarse) y "rogh" o "roa" (ramas), lo que significaría "ramas quemadas"

[9] Vn. Tinguiririca (Chile): del mapuche, significa "zorro enflaquecido y yerto de frío", o "los enanos"- tigiri: enanos, ca: los.






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Monumentos naturales de Mendoza - Ley Provincial 6599.


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