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EL POZO DE LAS ÁNIMAS - leyenda mendocina

El Pozo de las Ánimas, Los Molles, Malargüe


LEYENDA DEL POZO DE LAS ÁNIMAS


Adaptación: Enrique Guerrero


Los pehuenches[1], eran en apariencia similar a los huarpes, hasta podía decirse que a simple vista, resultaba difícil distinguir a unos de otros, ya que como aquellos, eran altos, delgados y de tez oscura; está claro que los hábitos y costumbres, marcaban claramente las grandes  diferencias que los distanciaban.


Hablaban el chedungun, una variante del araucano, eran cazadores y recolectores, y basaban su alimentación en el consumo del pehuén, piñón de la araucaria, de ahí que se los conociera como "la gente de la araucaria”.


De costumbres nómades, cruzaban la cordillera por pasos que sólo ellos conocían e iban desde su asiento natural, en el centro y sur de Chile, hasta Neuquén, en dónde se establecieron y desde dónde con los años, se expandirían al sur mendocino.


"Los pinales de Nahuelbuta"
Atlas de Chile (1854), de Claudio Gay Mouret (1800 - 1873)

Un reducido grupo de familias, se afincó en la zona de Malargüe[2],  sobre las  márgenes del Chadileo o Chadileufu[3],  en cercanías a lahuen-co[4], nombre dado a las aguas termales del lugar.


Vivían de la caza de ñandúes y guanacos, y de la cría de caballos y ganado caprino.




Una noche, mientras estaban reunidos alrededor de una gran fogata alimentada con leña de molle[5], sintieron el galope desenfrenado de un malón, que provenía del oeste.

"Familia pehuenche" (1840)
Dibujo de Johann Moritz Rugendas (1802-1858)
Como tantas veces, los araucanos regresaban con la intención de darle muerte a sus hombres, llevar cautiva a las mujeres y niños, y robarles el ganado.

Por prudencia más que por temor, ágilmente se incorporaron y salieron en busca de un lugar seguro donde resguardarse.


El estremecedor sonido de los gritos y el retumbar de los cascos de las cabalgaduras, presagiaban un trágico final.

Cuando sus energías se hubieron agotado y estaban prontos a rendirse, se produjo un gran silencio. El galope de los caballos enemigos cesó y los gritos se apagaron.

Asombrados y atemorizados, se guarecieron tras una gran roca, hasta que el alba disipó las sombras de la noche.



Cuán grande sería su sorpresa, al salir del improvisado refugio y ver que el valle estaba desierto y sus captores habían desaparecido. 

Animados regresaban a la toldería, cuando gritos y quejidos, que provenían de un lugar indeterminado, llamaron su atención. 

Tras andar un poco más, advirtieron que se originaban en un pozo profundo y de gran tamaño, con el fondo cubierto de agua, que se había abierto bajo los pies de los jinetes, tragándolos. Ngenechen, el dios protector había acudido en su auxilio, poniéndolos a salvo.

Desde ese entonces y cada tanto, en las noches sin luna se escuchan lamentos. Algunos dicen que es el viento que vaga entre las piedras y otros, que son las ánimas de los araucanos, que aún luchan por escapar del pozo.

Por tal motivo, a esas dos grandes cavidades, los lugareños las llaman "Pozo de las Ánimas", en tanto los pehuenches, lo bautizaron como trolopeco[6], voz araucana que significa, "agua que se abre paso".




EL POZO DE LAS ÁNIMAS


Se encuentra ubicado a pocos metros de la RP 222, a 7 km al oeste de Los Molles y a 12,5 km antes de llegar al Centro de Esquí "Las Leñas", en el Departamento de Malargüe.


Pozo de las Ánimas
Los Molles - Malargüe

Latitud: S35 11.373
Longitud: W70 00.109
Altura: 2014 m s.n.m.

Estas bellas y curiosas formaciones geológicas, que le han dado nacimiento a la leyenda, reciben el nombre de "dolinas", palabra de origen esloveno, que significa valle o depresión, las que en este caso, están formadas por dos cavidades, divididas entre sí, por una frágil pared.


Deben su origen, a la disolución de los depósitos subterráneos de rocas, tales como el yeso, la caliza y otros minerales solubles al agua, que por efecto de las filtraciones pluviales o la acción de las capas freáticas, forman cavernas, las que al derrumbarse su techo, provocan el hundimiento del terreno, dando  nacimiento a grandes depresiones de forma cónica.


"Pozo de las ánimas"

La formación consta de dos cavidades. La mayor aún continúa el ciclo de crecimiento, situación que se advierte, al ver como su perímetro se ha extendido hasta el alambrado perimetral y sobre sus paredes no asoma vegetación, debido a los constantes derrumbes. Es el que se conoce como "de las ánimas".


"Pozo de las animitas"

El otro, el más pequeño, con arbustos en sus paredes, que indican que el proceso de desmoronamiento se ha detenido, es  cariñosamente llamado por los guías turísticos y la gente local: "de las animitas".

El diámetro del pozo mayor es de algo más de 200 m, la altura hasta la superficie del agua es de aproximadamente 80 m y  la profundidad del espejo de agua varía, según lo evidencian las marcas en las paredes, pero se estima que es de 20 m o más.




Para finalizar, me despido con un abrazo cordial y el deseo, que la vida siempre nos brinde buenos senderos para andar.



[1] pehuenche: (voz araucana) pehuén: araucaria, che: gente. "Gente de la Araucaria".

[2] Malargüe: (voz araucana) de Malalhuemalal: corral, hue: lugar. "Zona de corrales".

[3] Chadileo o Chadileufu: (voz araucana) chadi: sal, leufu: río. "Rio Salado".

[4] lahuen-co: (voz araucana) lahuen: milagro, co: agua. "Agua milagrosa".

[5] molle: arbusto espinoso que le da el nombre a la localidad de Los Molles, Muy preciado por la excelente leña que produce. La abundancia de estos arbusto en la zona, le da el nombre al cercano Valle de Las Leñas. Usos medicinales: Balsámico, antirreumático, bronquial, antihistérico, galactogogo, oftálmico, purgante, vulnerario, antiartrítico.

[6] trolopeco: (voz araucana) trolope: que se abre paso, (Toponimia Araucana, del mayor Juan D. Perón), co: agua. "Agua que se abre paso"

Aunque la mayoría lo traduce como "agua del gritadero de las almas", palabras que no concuerdan, cuando son llevadas al araucano.


Si deseas saber más, sobre este apasionante rincón malargüino, te invito a que leas la transcripción del artículo "El Pozo de las Ánimas: la maravilla geológica que dio origen a una trágica y espeluznante leyenda" de Fernando G. Toledo, publicada por Diario Los Andes, el 20 de mayo de 2023. Lo hallarás aquí.



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LEYENDA DEL CERRO NEVADO

Leyenda del cerro Nevado


Por: Enrique Guerrero.

En esta antigua leyenda, los pobladores originarios de Cuyo plantean una analogía, entre las fuerzas de la naturaleza y el espíritu del hombre.

 

La belicosidad de las tribus araucanas, está representada por los volcanes activos de la cadena occidental de los Andes, frente a la pasividad de los volcanes extintos del este y la vida sedentaria del pueblo huarpe.


Siendo muy probable, que naciera como una necesidad de advertirle a sus comunidades, el carácter violento de otras tribus.


Salí por fin de la Cordillera y entré en el reino de Chile, que tiene quinientas leguas de largo por veintiocho o treinta de ancho, célebre por sus diversos temblores causados por catorce volcanes siempre inflamados, que vomita la parte más elevada de sus montañas cubiertas de nieve. 

Viaje por el interior de la América Meridional - Julián Mellet (1824)





Leyenda del  Cerro Nevado


Adaptación: Enrique Guerrero

La actividad volcánica que modeló el paisaje de la Payunia, comenzó hace tres millones y medio de años y continuó sin interrupción hasta hace tres mil, siendo muy probable que las últimas erupciones, fueran presenciadas por los pueblos originarios de la región.

Leyenda del "Nevado"

No siempre se llamó Nevado. Hubo un tiempo en el que como todos los volcanes dormía y su sueño profundo, sólo era perturbado por las erupciones y sacudones, que estremecían su cuerpo mientras crecía.


Y así, con el transcurrir de los años, siglos y milenios, tiempo que se asemejaba más a la eternidad, que a una etapa de desarrollo, una mañana despertó. La metamorfosis se había operado y como recuerdo de aquel volcán estrepitoso, nacía un bello cerro, alejado de las cadenas montañosas del oeste.


Se erguía orgulloso y feliz, buscando alcanzar las nubes con las formas indefinidas de su cumbre y en juegos interminables, fustigaba vientos, hasta dejarlos rendidos y maltrechos de tanto soplar.


Sus faldeos arrugados e irregulares, hospedaban a una gran cantidad de pequeños lagartos y a sus pies, a partir de los peñascales, el suelo arenoso se iba moteando de alpatacos, caldenes, jarillas, pichanas y zampas, que convivían con los ñandúes, tortugas y grandes tropillas de guanacos del lugar.


Coronando el paisaje idílico, una Laguna Grande[1] se interponía con la cordillera, alfombrando con aguas turquesas y aves multicolores, el campo volcánico Llancanelo[2], que con el sol de la mañana, se colmaba de pájaros acrobáticos que ascendían y se precipitaban sobre el espejo agua, como una delicada lluvia de cristales.


Sus vecinos más cercanos vivían en la Payunia, otro campo volcánico densamente poblado, que llevaba por nombre el de sus ciudadanos ilustres,  Payún Matrú[3] Payún Liso, dos ancianos que hacía milenios habían extinguido su furia y hoy, pasaban los días disfrutando la serenidad que dan los años. 

Los acompañaban volcanes menores, tales como Morado y el pequeño Santa María, que en sus lejanos días de juventud, diseminó una colada de lava tan oscura en el valle, que le dio origen a las Pampas Negras.



Esta historia hubiera tenido un final feliz, de no ser que del otro lado de la cordillera, desde el norte con el volcán Láscar[4], hasta el sur con el Hudson, pasando por el Quizapú[5] que estaba frente a sus ojos, los volcanes discutían permanentemente.
 

Cerro Sosneado
(Mendoza Argentina)
Sosneado[6], el más alto de la zona, observaba confundido desde la caldera del Atuel[7], el marcado contraste que signaba la vida de sus hermanos de un lado y otro de la cordillera. 


Cada mañana cuando los primeros rayos de sol iluminaban su cresta, abría los ojos deseando que la paz hubiera llegado.


Pero tan pronto como Peteroa[8], Descabezado Grande, Tinguirrica[9] y muchos otros despertaban, continuaban las acaloradas y explosivas batallas del día anterior, con interminables lluvias de cenizas, bombas volcánicas, temblores, vómitos de fuego y lava, que finalizaban con la vida de las inocentes criaturas, que habitaban los alrededores. 



  Según cuentan los ancestros, con los años el bello cerro de cúspide gris, comenzó a sumirse en una profunda pena. Las interminables guerras de sus hermanos del oeste, con la consecuente muerte de animales y plantas que estas ocasionaban, blanquearon su cabellera. 

Y desde entonces se lo conoce como El Nevado y dando testimonio de aquellos tiempos, siempre luce su cumbre cubierta de nieve.





Cerro "El Nevado"



Cerro Nevado
Distrito Punta de Agua - San Rafael

Latitud: S35 34.799

Longitud: W68 29.407

Altura: 3.833 m s.n.m. 


El cerro Nevado se encuentra en el Departamento de San Rafael, en el límite con Malargüe. Es la mayor altura extracordillerana de Mendoza, ubicado a 130 km al este, de la cordillera principal. Su nombre en lengua pehuenche es piri-mahuida (piri: nieve, mahuida: montaña o cerro)


Sus alrededores lo constituyen una bella y delicada zona ecotonal (de transición), entre el Monte y la Estepa Patagónica.


En sus suelos arenosos y la estepa arbustiva de monte, habita uno de nuestros Monumentos Naturales Provinciales, la tortuga terrestre patagónica o "Tortuga del Nevado" (Chelonoidis donosobarrosi) y en la zona de escoriales basálticos, dos lagartos endémicos, el “Lagarto de las Rocas del Nevado” (Phymaturus nevadoi) y el “Lagarto Cola de Piche del Nevado” (Phymaturus roigorum).


Allí también, en el límite oriental de su dispersión, se ha visto una de las especies amenazadas de nuestra provincia, el "gato andino"  (Oreailurus jacobita).





Senderismo, en el  El Nevado


Para los amantes del senderismo, "El Nevado", constituye una excelente opción.

Perfil altura /distancia, elaborado por mi navegador.

Proyección del Track sobre Google earth
Desde su cima, a la que se accede siguiendo una senda de algo más de 9 km de longitud, se observa el fabuloso paisaje, compuesto por la Laguna de Llancanelo, el Nihuil y las ciudades de San Rafael y Malargüe.



Las fiestas navideñas y de fin de año, están próximas, por lo que deseo despedirme hasta el próximo año si Dios quiere, con augurios de mucha Paz, Amor y felicidad.



[1] Laguna Grande: nombre dado por los pobladores originarios a la Laguna de Llancanelo.

[2] Llancanelo: La toponimia tradicional le asigna el nombre de “punta de flecha verde azulado”, donde entiende que yanca: piedra de cuarzo, con la que se construían las puntas de flechas y nelo: color verde–azulado.

Tras consultar diccionarios araucanos y mapuches, y conocer que verde se traduce como carí o carú, en mi opinión su significado sería "Laguna temporaria o ciénaga de color verde azulado", siendo llanca: piedra de color verde azulado usada para hacer cuentas de collares (malaquita) y niellu, ñelo: laguna temporaria o ciénaga (estudio de Enrique Guerrero). 

[3] Vn. Payún o Payén Matrú (3.680 msnm): "barba de chivo"su significado deriva del mapuche payum: barba y matrü: chivo. (toponimias de Isidro Maza), La gente de los alrededores lo llaman Payén (pehuenche), cuyo significado es "cobre".

[4] Vn. Láscar (Chile): del kunza, idioma hablado durante el siglo XIX en el norte de Argentina, Chile y sur de Bolivia, "Lasckar: lengua"

[5] Vn. Quizapú (Chile, 3.788 msnm): la toponimia no proviene de una característica particular del volcán o de un idioma originario. Deriva de un apócope dado por los lugareños a la primera expedición científica que lo estudió: "Quizá(s) pu(es)".

[6] Cerro Sosneado (5.189 msnm): su nombre en lengua nativa significa: "donde primero se ve el sol" toponimias de Isidro Maza. Es el 5000 más austral de Los Andes Centrales, a partir del cual, comienzan los Andes Patagónicos, cuyas alturas del lado argentino, rara vez superan los 2600 m, siendo el más alto el Vn. Lanín (Neuquén) con  3776 msnm.

[7] Atuel: el Dr Gregorio Álvarez, opina que el topónimo proviene de la costumbre de llamarle Atuel o El Latuel. Análisis desde el mapuche: la significa muerte; tue, tierra l, apócope de leuvú, que es río, que se interpreta como: río de la tierra de muerte.

Otras interpretaciones, le asignan una raíz puelche (gente del este) y su  significado sería "alma de la tierra".

[8] Vn. Peteroa (Chile): proviene de los vocablos mapuches "püthen" (quemarse) y "rogh" o "roa" (ramas), lo que significaría "ramas quemadas"

[9] Vn. Tinguiririca (Chile): del mapuche, significa "zorro enflaquecido y yerto de frío", o "los enanos"- tigiri: enanos, ca: los.






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MALARGÜE
Laguna de la NIÑA ENCANTADA - The Girl Enchanteed Lagoon's
MALARGÜE - MENDOZA - ARGENTINA

Por: Enrique Guerrero.

Malargüe o Malal Hue, es una palabra compuesta que deriva del vocablo pehuenche y significa "zona de corrales” (malal = corral, fortaleza, refugio y hue = lugar donde hay).


Cartel de bienvenida

Esta leyenda nació en una zona cercana a Los Molles y desde hace años, recorre todos los rincones de nuestro suelo.


Al igual que en Romeo y Julieta, la tragedia le arrebata la vida, a las manos esperanzadas del amor.


"Elcha" del mapudungún, significa joven o niña y no espejo, como sugieren muchos relatos.

"Francisco Parra, antiguo puestero y poblador del lugar, y que actuara en la segunda expedición al desierto, solía contar que los indios pehuenches a dicha laguna la llamaban Huecub-Lauquén, cuyo significado es, laguna donde se canta" 

Juan Isidro Maza, Toponimia y tradiciones.



Localización de la LAGUNA DE LA NIÑA ENCANTADA
 (Google Earth)

Lat: 35° 9'35.68"S
Long:  69°52'12.02"O

De las historias que con los años se fueron popularizando, elegí la siguiente para narrarles.



                                                                                            Adaptación: Enrique Guerrero.


Elcha, tal era el nombre de una bella princesa originaria de las tierras del sur, trajo con su nacimiento, un largo periodo de felicidad y prosperidad a su tribu.


Su padre el cacique, aunque largamente había deseado la llegada de un hijo varón, recibió con alegría y esperanza, el regalo que le enviaban los dioses protectores.


Ingreso al "Puente de Elcha".

De niña jugaba con uno de los tantos jóvenes del lugar y a medida que el tiempo fue transcurriendo, un bello sentimiento comenzó a despertarse, sin que ellos lo advirtieran.


De a poco los juegos bruscos, se transformaron en miradas cómplices y los empujones, en caricias inadvertidas al pasar.


Y así fue que, con los años, ella adquirió la belleza propia de las mujeres de su tribu, hasta convertirse en la princesa más bella, que hayan conocido las tolderías del sur mendocino.


Mientras tanto él, cumpliendo con su destino de cazador y recolector, desarrolló una destreza tal con las boleadoras y la lanza, que lo destacaron del resto de los jóvenes, despertando la admiración y el respeto de los ancianos que lo veían crecer.




La toldería vecina tenía un largo historial de violencia y aunque nadie sabía por qué, estaba enemistada con la de Elcha. Vanos fueron los intentos de su padre, por estrechar vínculos de amistad.


Un día la curandera, envidiosa de la felicidad de los jóvenes y viendo la preocupación del cacique, le aconsejó malamente que la ofreciera en matrimonio, al hijo del cacique enemigo y de ese modo, sellaran la paz entre ambos pueblos.


Laguna de la Niña Encantada, en invierno.

Y así fue que, en una charla mantenida por los jefes, la princesa fue prometida en matrimonio, para la siguiente luna nueva.


Anochecía en la toldería, cuando la joven se enteró del acuerdo celebrado por su padre y presa de la angustia, corrió a contárselo a su amado.

Los jóvenes, viendo que todo intento por cambiar el trato sería en vano, se miraron a los ojos un instante y tomados de la mano, dejaron el pueblo.


La noche se fue cerrando y una gran tormenta se descargó sobre el lugar. La curandera que los había visto partir dio la alarma, por lo que al enterarse el cacique, abandonó de inmediato el festejo por la unión de las tribus y se entregó a la búsqueda.




Cada tanto los jóvenes se detenían para recuperar el aliento y ver si eran seguidos, hasta que finalmente la fuga concluyó, cuando la oscuridad traicioneramente, los condujo al borde de un barranco.


Intentaron volver sobre sus pasos, pero era demasiado tarde. El contraluz de un relámpago, recortó por un momento las siluetas de sus captores, que estaban prontos a darles alcance.


Un rayo convirtió a la curandera en piedra...

Por lo que no queriendo aceptar el destino que les habían deparado, se abrazaron fuertemente y saltaron al vacío, desapareciendo bajo las gélidas aguas de la laguna.


La bruja que observaba furiosa desde lo alto del cerro, fue alcanzada por un poderoso rayo, que la convirtió en roca...

Cuando la gente llegó al lugar, los jóvenes habían desaparecido bajo las aguas y a partir de aquel día, sólo quedó el recuerdo, de una bella historia de amor.


Laguna de la Niña Encantada

Cuentan que desde entonces, en las noches de luna llena, se refleja sobre la superficie cristalina del agua, la imagen de la joven princesa.




Deseo que hayan disfrutado el relato y como siempre, me despido con un abrazo fraterno y el deseo de que la vida, nos brinde buenos senderos para andar.







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Preservar el patrimonio cultural y las tradiciones, constituyen los únicos caminos posibles, para mantener vigente la historia de nuestros orígenes.


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