EL FUTRE - Leyendas Mendocinas.
La historia
del Futre, tal vez sea una de las más contadas en los fogones mendocinos.
Versiones
que van, desde el ferroviario ebrio, que se durmió con la cabeza apoyada en
las vías y la perdió con el paso de un tren; hasta la de un inglés asaltado.
De todos los
comentarios y relatos que escuché, opté por uno de ellos y es el que voy a
narrarles.
La
leyenda del Futre
Adaptación: Enrique Guerrero.
Puntualmente como lo hacía desde que comenzó
la obra en 1889, Mr Foster, el agente pagador de la Compañía inglesa Trasandine
Construction Company, llegaba al obrador a principio de
mes, para iniciar el pago de jornales.
Su andar cansino pero seguro, la tez blanca y los gestos tranquilos, armonizaban con su
figura alta y delgada, a la que se ceñía una vestimenta elegante y sobria.
Contrastaba ampliamente con la imagen cansada y desgarbada de los obreros ferroviarios, en su mayoría chilenos, que tendían las vías del Tren Trasandino Argentino (TTA) y esperaban con impaciencia el cobro.
Contrastaba ampliamente con la imagen cansada y desgarbada de los obreros ferroviarios, en su mayoría chilenos, que tendían las vías del Tren Trasandino Argentino (TTA) y esperaban con impaciencia el cobro.
Miraba a la gente con gesto de autosuficiencia, mientras sacaba un paño amarillento del
portafolio y repasaba pacientemente el escritorio de madera, sobre el que se
había acumulado el hollín del fogón, que calefaccionó el galpón durante toda la
noche.
Y luego de acomodar prolijamente su sombrero de copa, sobre los guantes de cuero, daba inicio a la tan ansiada
ceremonia del pago.
Por diversión, o porque no podían pronunciar bien
su apellido, a Mr. Foster, lo apodaron Futre.
Futre sonaba
parecido y a la vez estaba bien puesto, ya que en Chile, se empleaba para referirse a
las personas elegantes y distinguidas.
En uno de los tantos viajes a la
localidad de Las Cuevas, lo sorprendió una temporal de nieve, que lo
obligó a refugiarse en unos cobertizos, frente a la Curva de los Ingleses o
Soberanía Nacional, como pasó a llamarse después de 1982.
En ese lugar perdido de Las Cuevas, fue asaltado y decapitado.
En ese lugar perdido de Las Cuevas, fue asaltado y decapitado.
Por eso en las noches frías cuando
la tormenta arrecia, en muchos rincones de la montaña, aparece sorprendiendo a los viajeros con su presencia
fantasmal.
Vestido con la pulcritud que lo caracterizaba y la cabeza pendiendo de la mano derecha, pregunta por el dinero de la partida.
Ignorando tal vez, que el
ferrocarril se inauguró sin que él llegara a verlo en 1910 y dejó de funcionar 74
años después.
Su fantasma se despierta y alimenta desde entonces, con el frustrado pago de jornales, que no llegó a concretar.
Cuentan además, que luego de preguntar por el dinero de la remesa,
su imagen comienza a desvanecerse de a poco, hasta desaparecer por completo y
sobre la nieve que dejó el temporal, sólo quedan marcados los pasos, que lo
condujeron al lugar…
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Preservar el patrimonio cultural y las tradiciones,
constituyen los únicos caminos posibles, para mantener vigente la historia de
nuestros orígenes.