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LA PIEDRA DEL INCA

Johann-Moritz-Rugendas
"Punta de las Vacas" (1838)
(óleo de Johann Moritz Rugendas - 1802/1858) 
 

Por: Enrique Guerrero.



Los primeros visitantes


Las expectativas de los viajeros, que cruzaron la cordillera de Los Andes por el Paso de Uspallata, a finales del s. XVIII y principios del XIX, se encuentran plasmadas en las hojas de muchos libros.


Sus mentes científicas iban del análisis al asombro, extraviándose en ocasiones con el misticismo local, que encendía una chispa fascinante, que los conducía a campos inexplorados y de posibilidades infinitas. 


En uno de esos tantos relatos, encontré un párrafo que me maravilló por su contenido fantástico y aunque John Miers lo menciona como una anécdota al pasar, registra una antigua leyenda, que los arrieros contaban cuando hacían noche o "rial"[1], en el del Paso de Uspallata, último tramo del Qhapac Ñan o Camino Real Inca, que se pasaba por Mendoza.


Huayna Cápac[2] (1493 – 1525), undécimo y antepenúltimo emperador inca, se internó en lo que hoy es territorio argentino:


“más allá del Tucumán, por las tierras diaguitas, eligiendo un camino distinto del que transitó su padre, de modo de visitar las comarcas al naciente de la gran cordillera y honrando a los pueblos agrícolas de Cuyo que ya habían prometido su alianza” 


Atahualpa: "Memoria de un dios", de Daniel Larriqueta


(Salvo especificación contraria, todos los términos empleados fuera del castellano, corresponden al idioma quechua).




Incaj Rumin


(La piedra del Inca)


Adaptación: Enrique Guerrero.


Como acostumbraba, cada tres años el emperador inca y su séquito real, iniciaban un largo periplo por el Qhapac Ñan[3], que los llevaba a recorrer las extensas comarcas, dispersas al sur del imperio.


El Qulla-Suyu[4], región de los coyas o de los sabios (qulla: eminencia, sabio y suyu: región), comprendía un vasto territorio, que partiendo desde el Cuzco (Qosqo: ombligo del mundo), se internaba por el norte argentino y seguía las laderas orientales de la cordillera, hasta las tierras de los huarpes Milcayac[5], en Cuyo.


Una vez en el Pueblo de las CenizasUspallata (ushpa: ceniza, llaqta: aldea o pueblo), hacían un alto en el Tambo Real de Ranchillos, para luego internarse por una quebrada, que los conducía al corazón de los cerros. 


Ruinas arqueológicas incaicas "Tambillitos".

El primer destino entonces, era un tambo pequeño, situado junto a la vera de un arroyo clamoroso y cristalino, que volcaba sus aguas en un río mayor.


Tambillitos, tal era su nombre, les ofrecía un espacio para descansar, alimentarse y atender al ganado de carga, en su mayoría llamas.  


Tras lo cual, continuaban la marcha hasta llegar al pie de una gran roca, donde le rendían culto al Apus más importante de la región, el Aconcagua, solicitando que mantenga el orden cósmico durante el viaje y protección para la familia y el imperio.


La Piedra del Inca.

Las ofrendas incluían oraciones, carne de llama o vicuña, hojas de coca, chicha y todos aquellos elementos, que eran del agrado de Pachamama, tras lo cual  proseguían el sendero, que pasaba por el Puente del Inca y algo más allá, les ofrecía la imponente vista del Aconcagua.

Desde allí, una vereda que partía hacia el oeste y tenía por destino las tierras "huiliches", al otro lado de las montañas, marcaba el final del viaje.



En el año 1534, con la muerte de Atahualpa y la caída del imperio inca, extrañas fuerzas convergieron sobre la "roca" que sirvió para los rituales, partiéndola en cuatro partes, las que de acuerdo a profecías amautas[7],  volverán a unirse por sí mismas, el día que el Imperio Inca sea restablecido.



Y así, desde aquellos lejanos días, esta historia continuó su camino, yendo de boca en boca y de fogón en fogón, hasta convertirse con los años en lo que es, una antigua leyenda mendocina. 





La Piedra Del Inca


(Incaj Rumin)


"La piedra del Inca" - Polvaredas.
(Imagen de Manuel Sanz)
Latitud: S32 48.808 

Longitud: W69 40.755


La Piedra del Inca, se encuentra en la localidad de Polvaredas, al pie del cerro Peñón Rajado, sobre el lateral sudeste de la actual RN 7, antiguo tramo del Qhapac Ñan Inca.


No sería extraño que debido a la simbología que representaban las piedras en la cultura incaica, esta roca hubiera sido protagonista de las ceremonias, que narraban antiguamente los arrieros.


Vale recordar que la cosmovisión de los pueblos originarios andinos, establecía una conexión sagrada con "Pachamama": madre de la Tierra, el tiempo y el universo. Tal equilibrio se sostenía en el respeto por todos los seres vivos que integraban el mundo natural, en el que se incluían a las piedras y rocas, a las que además, se les asignaba un carácter sagrado, por su longevidad.





Santuarios De Altura


Cabe mencionar que en 1985, en este mismo tramo y sobre una de las laderas del cerro Aconcagua, a 5.300 metros de altura, un equipo de escaladores mendocinos, encontró entre dos pircados semicirculares, un fardo funerario conteniendo a un niño momificado. El origen del hallazgo, se debió a la "capacocha" inca, ceremonia realizada para agradecer a Inti, el dios sol.


la-piedra-del-inca
El "Niño del Aconcagua".

La capacocha (qhapac: real, hucha o jucha: obligación, culpa), consistía en el envío de un mensajero a los dioses, para lo cual, se le otorgaban cuidados especiales a la persona elegida y al adoratorio que estaría situado en la wak'a[6], en este caso, la Pirámide del Aconcagua.


Luego se lo dotaba del tradicional ajuar y de las regias ofrendas, que portaría en su viaje.


Resulta conveniente aclarar que el mensajero no era sacrificado, se lo dejaba con la intención de que se reúna con sus antepasados, los que según sus creencias, observaban desde las alturas. 



Sólo en los adoratorios más importantes del Tawantisuyu, se realizaban este tipo de ceremonias, lo que pone en relevancia la importancia que revestía el Aconcagua, para esta cultura.





Relatos de Viajeros


El siguiente relato extraído del libro "Travels in Chile and La Plata - 1819/1824" de John Miers, cuenta esta pequeña y gran historia, que fue la que me inspiró para escribir la leyenda.



..."La vegetación va desapareciendo de las montañas; todo parece estéril y salvaje. Uno de los bloques, caído desde arriba, ha quedado depositado en medio de esta planicie; cuando lo vi por primera vez, era de forma casi cuadrangular, dividido por dos fisuras verticales en cuatro secciones. Una de las cuales se ha inclinado desde entonces. Los arrieros le atribuyen una historia maravillosa, es la Piedra del Inca sobre la cual, dicen, el emperador de Perú en sus viajes trienales a Chile, realizaba algunas ceremonias religiosas; en la época de la disolución de la monarquía de los Incas, la piedra se partió súbitamente por influencias sobrenaturales y se unirá de nuevo cuando el imperio de los Incas sea restaurado"...


VIAJE AL PLATA, de Johnn Miers (1819/1824).




Me despido de todos ustedes, agradeciéndoles la visita e invitándolos a que recorran el blog, en busca de otras publicaciones que sean de su agrado.













[1] real o "rial" (coloquial): término empleado durante la época colonial, para definir un paraje elegido, en el que se hace un alto o estadía pasajera.
[2] Huayna Capac (castellanizado del quechua): rey joven. Wayna: joven, qhapac: acaudalado, rico, soberano.
[3] Qhapac Ñan (s.): camino real. Qhapaq o qhapax: acaudalado, rico, soberano; ñan: camino.
[4] Qulla Suyu: castellanizado como Collasuyo.
[5] Huarpes Milcayac: los huarpes estaban divididos en tres parcialidades, huarpes Allentiac, en San Juan; Miilcayac en Mendoza y Puntanos, en San Luis.
[6] Wak'a (s.):   Dios de la divinidad, deidad, cosa sagrada. Ofrendas presentadas al sol, a las grandes cordilleras, nevados, todo lo singular o lo sobre natural.
[7] amauta:  hombre encargado de comprobar los hechos de la historia quechua para recitarlos públicamente en las fiestas del sol.





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* Tambo Incaico de Tambillitos.

Preservar el patrimonio cultural y las tradiciones, constituyen los únicos caminos posibles, para mantener vigente la historia de nuestros orígenes.


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