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EL ÑANDÚ, Leyendas Mendocinas.

Surí (quechua) o hullu (huarpe)
Petroglifos del Cerro Tunduqueral - Uspallata



CUYUM, Tierra DArenales



Tierra de arenales, tal es el nombre que le dieron nuestros originarios, a una región situada en el centro oeste de la República Argentina.

En ella se asentaba el pueblo huarpe, que poblaba las márgenes de ríos y lagunas, y hablaba el Millcayac, Allentiac o Huarpe Puntano, según se encontraran en Mendoza, San Juan o San Luis.

En los últimos años del Tawantinsuyo[1], los huarpes fueron dominados por el incario[2], adquiriendo conocimientos del idioma quechua y formando parte del sistema tributario inca.

Tal situación facilitó la labor de los conquistadores españoles, cuando llegaron al Valle de Huantata (Valle de guanacos) , al encontrar una población, que lejos de consagrarse a la guerra, había adoptado un modo de vida sendentario, dedicado a labores agropastoriles.

Se registran tres variantes del topónimo: Huantata (huarpe): valle de guanacos, Huentota (pehuenche): lugar del valle y Guantata (quechua): valle que se teme o admira.

Juan Isidro Maza (1990)


Del lado oeste de la Cordillera de Los Andes, mapuches, picunches y huiliches, tribus conocidas por su alto grado de belicosidad, lucharon contra incas y españoles sin ser sometidas. Los conquistadores los llamaron, araucanos.



Leyenda del ñandú

Adaptación Enrique Guerrero.

Los huarpes se habían dispersado por vastas franjas del árido Cuyum y a diferencia de la antigua cultura Agrelo, eligieron la márgen norte del río de Cuyo (río Mendoza) y lagunas del norte mendocino, para establecer sus asientos.


Cerámica huarpe.

Los caciques gobernaban estas tierras ejerciendo una pacífica convivencia, por lo que lejos de dedicarse a la guerra, centraban sus actividades en una pequeña agricultura, recolección de frutos, caza y pesca.

Desde "Unos arenales y algarrobales muy lejos", nombre que le daban a la zona de las Lagunas del Guanacache, llegaron las noticias de que tribus belicosas venidas del norte, se estaban organizando con otras del oeste, con la intención de invadirlos.

Cuando el cacique quiso reaccionar, ya era demasiado tarde, habían pasado los días y estaban totalmente sitiados.

Ante el inminente ataque, dos jóvenes recientemente desposados, se ofrecieron como voluntarios para cruzar el cerco enemigo y pedir ayuda a sus aliados del este, en la comarca de Corocorto.

Pareja de jóvenes huarpes.

Esperaron pacientemente el ocaso, para comenzar la peligrosa misión.

Salieron amparados por las primeras sombras de la noche, buscando atravesar aquellos campos donde los algarrobos, chañaresjarillales, se enmarañaban, ocultándolos de la vigilancia enemiga.

Tras un día y medio de marcha, fueron sorprendidos por un pequeño grupo de guerreros enemigos, los que al advertir su presencia, iniciaron la persecución.

La pareja comenzó a correr siempre junta, esquivando boleadoras, flechas, lanzas y lazos, sin que nada pudiera detenerlos.

Las horas, la fatiga y el esfuerzo extremo, no hacían mella en su determinación, muy por el contrario, con cada minuto que pasaba, una fuerza inspiradora los empujaba, en la rauda carrera que se estaba llevando a cabo.

Casal de ñandúes, en el pedemonte mendocino.
De a poco y sin que lo advirtieran, sus piernas y brazos se fueron transformando y sus cuerpos comenzaron a cubrirse lentamente de plumas, hasta que finalmente perdieron la forma humana,  para convertirse en dos hermosas aves, que corrían velozmente.


Y así fue como escaparon y llegaron hasta la tribu aliada, la que tras recibir el pedido de auxilio, se organizó rápidamente y partió, rodeando a los invasores y obligándolos a que se retiren de sus tierras.

Cuentan, además, que fue a partir de ese día, en que el hullu (ñandú), comenzó su vida en las Tierras de Arenales.





Eñandú


Debido a la similitud que tiene con el avestruz africano, a  esta ave endémica de América del Sur, se la mal llama avestruz americano.

Ñandú petiso, cordillerano o andino.
Los pueblos originarios lo conocían con nombres, tales como: hullu (huarpes), ñandú (guaraníes), sury (quechuas), mañik (mocoví y tobas), oóiu (tehuelches) y choike (mapuches).
Ellos los cazaban con boleadoras choiqueras[3], para aprovechar: carne (consumo), cuero (elaborar morrales y tabaqueras), plumas (adornos),  grasa (para impermeabilizar los lazos que hacían con sus tendones) y huesos de las patas (puntas de flechas).

Al pichón que comenzaba la muda del plumón, lo llamaban charito y al joven por la torpeza, charabón.


 

Los guaraníes lo llamaban ñandú (araña), porque la textura del plumaje, les traía reminiscencias con ciertas especies de arañas peludas, que habitan la Selva Amazónica.





Dichos y refranes criollos
del ñandú


La Pampa tiene el ombú, Mendoza tiene Los Andes, ¿Qué tendrá el ñandú, que pone huevos tan grandes? (relación picaresca del Pericón Nacional).


"Boleando" de Molina Campos 
Dibujante argentino - témpera, 35x53 cm (1957)

Buen año dijo el ñandú y no tenía más que un huevo (estar conforme con lo que se tiene).



Como suri contra el cerco (andar de mala suerte).



¡Cosa bárbara, correr como ñandú en burro! (dícese al que fantasea mucho).

 

  

¡Eha, sus y traga el ñandús! (alude a las personas que cuando comen, tragan sin masticar bien).


"En el jagüel" de Carlos Montefusco
pintor y dibujante argentino.

¡Qué sabe el ñandú del freno! (al que habla más de lo debido).

 


 

Ñandú que escapó una vez, desde lejos echa a correr (se refiere al que aprende del error).

 


Desconfiado como ñandú tuerto (a las personas desconfiadas en extremo).

Los curanderos tehuelches, desecaban la pesina, membrana interna que recubre el buche del ñandú patagónico y luego la pulverizaban en el mortero. Con el polvo obtenido preparaban una infusión, para tratar dolores de estómago, empacho o indigestión.



DECLARACIÓN DE MONUMENTO NATURAL PROVINCIAL
 A ESPECIES ANIMALES SILVESTRES
Ley 6599

El ñandú petiso o cordillerano (Pterocnemia pennata), junto a otras especies de animales silvestres, fueron declarados Monumentos Naturales de la Provincia de Mendoza, por Ley 6.599 el 12 de mayo de 1998.




Como siempre, me despido con un abrazo cordial y el deseo de que la vida, brinde buenos senderos para andar.





[1] Tawantisuyu: división territorial del Imperio Inca. Es un nombre compuesto por dos voces quechuas, tahua o tawa: grupo de cuatro elementos y suyo: región, área o nación.

[2] incario o incanatoestructura política, social y económica del Imperio Inca.

[3] boleadora choiquera o ñanducera: arma o instrumento de caza arrojadiza, creada por los aborígenes de la Patagonia y las Pampas.
Consta de tres piedras pulidas de forma esférica, unidas por tientos o tiras de cuero de guanacocuero del cogote o tendón de la pata del ñandú. La boleadora choiquera posee piedras más pequeñas, que la de caza mayor (guanacos o caballos) y tientos más largos.

EN MENDOZA PODEMOS DENUNCIAR CUALQUIER IRREGULARIDAD QUE PONGA EN RIESGO LA FLORA, FAUNA o MEDIOAMBIENTE:

* 911 - Policía de Seguridad Rural de Mendoza.

* Dirección de Recursos Naturales Renovables Mendoza,

  Tel: 261-4252090 y 4257065 (días hábiles de 0800 a 1300 hs).

* Correo electrónico: correofauna-drnr@mendoza.gov.ar



CAPILLA DE SAN JOSÉ - Lavalle

Campanario de la Capilla de San José (Lavalle). 2018

Nació con el agua del río Mendoza,
que durante las crecidas, llegaba a sus puertas. 
Sus adobes atesoran la paja del trigo, 
 que alguna vez alfombró, 
la fertilidad olvidada del secano.


Vigas de árboles escuadradas a hacha, 
horas de trabajo sin descanso, 
reducciones y encomiendas españolas, 
la voz silenciada del pueblo huarpe.

De los: "Apuntes del camino: San José, 06 de mayo de 2018".


Por: Enrique Guerrero.


La Ruta 40, nos condujo por un mágico paisaje otoñal, que se deshacía en ocres, sobre su traza envejecida de baches. Con la llegada a la Picada o Calle de los Huarpes, distante a 72 km de la ciudad de Mendoza, daba comienzo esta historia.


Rebaño caprino, en la Picada Huarpe. 2018
Un desvío arenoso y salino en la inmensidad del secano, nos revelaba la soledad del paisaje, bordeado de matorrales espinosos, rebaños de cabras y cielos azules.


Tras andar casi 30 km, encontramos una huella, que no conduciría hasta las puertas de la capilla.



La fiesta en honor a San José, que inicialmente se celebraba el 19 de marzo (día del Artesano), fue trasladada al 01 de mayo, día de San José Obrero, por cuanto la mayoría de los pobladores en época de vendimia, emigraban para trabajar en las fincas de los alrededores.



Llegando a la capillita. 


Doña María "Elsa" Villegas. 2018
Recién llegados y tras andar unos pocos metros, nos encontramos con Doña María "Elsa" Villegas, perteneciente a una de las familia más tradicionales de San José.

Un antepasado suyo construyó la capilla, de la que años después, tuvo el honor de ser custodia del templo y las llaves (capillera).

Su figura está íntimamente ligada a la historia del lugar, además de ser emblemática y familiar, para quienes tenemos el privilegio de asistir, a estas sencillas celebraciones del secano lavallino.

 

El secano de Lavalle, el nordeste de Mendoza, es un rincón que ha sufrido profundos cambios geográficos y culturales, aun así, subsisten signos de una cultura que nos remonta a sus pobladores originarios, los huarpes.



Puestos de venta, en la calle de ingreso. 2018
En la calle se respira un aire de discreta felicidad y entre los puestos de venta de artesanías y comidas, se mezclan guitarras, tonadas, cuecas y curiosos; que pasean despreocupados por el paraje, que está de fiesta.


Capilla de San José 

(1863)


La Capilla de San José, junto con la "Capilla del Rosario", de las Lagunas del Guanacache y la "Capilla Asunción de la Virgen del Tránsito", de Asunción, constituyen un grupo humilde de templos, conocidos como las Catedrales del Desierto de Lavalle.

Campanario y arbusto de "jarilla de los médanos"
 (Larrea divaricata)2018
De neto corte colonial y arquitectura sencilla, está localizada 300 m, al oeste del río Mendoza.

Se distingue de sus hermamas del secano, por la forma piramidal del  techo o cúpula del campanario, sobre el que se asienta la cruz principal, que se divisa sobre los médanos que la bordean.

No posee campo santo, como su vecina más próxima, la capilla de Nuestra Señora del Rosario de Guanacache, por cuánto el modesto cementerio de la zona, se halla en la otra vera del río, a trescientos cincuenta metros, dirección este.

Campanario de la Capilla de San José, Lavalle
  
(vista desde el fondo). 2018
Latitud:  32°23'37.14"S  
Longitud:  68°14'24.24"W 
Altura: 582 m s.n.m.

Distribución de la Capilla de San José.

El ingreso a la nave, se realiza a través de una galería breve con piso de tierra, que conforma el atrio. La cruz atrial, se encuentra ubicada sobre la pared izquierda, del portal.


El techo de cañas, estuvo atado originalmente con tientos de cuero. Las vigas y postes que conforman la estructura, fueron hechos con troncos de álamos, traídos desde Los Barriales, por una tropa de carros.


Los postes que soportan el techo de la galería y rodean la capilla hasta la sacristía, están asentados sobre traviesas de madera, para evitar que se hundan en el suelo arenoso.

Atrio y cruz atrial, de la Capilla de San José. 2018
Toda la construcción, posee un techo de suave pendiente, construido con cañas, torta de barro y paja, asentados sobre vigas de álamos, escuadradas con el filo del hacha.


Las paredes son de adobes y según cuentan, fueron cortados con barro y paja, del trigo que alguna vez alfombró estos rincones, que hoy claman de sed. 

Nave de la capilla San José. 2018
Consta de una nave única, a la que se ingresa por la puerta principal que da al frente o por la lateral, que conduce a la galería.

A la izquierda del altar, pasando junto a la imagen de San José, se encuentra el ingreso a una pequeña sacristía, donde se guarda la indumentaria eclesiástica.

Posee diez bancos de madera, pintados de color terracota. Seis, están  dispuestos en el centro y dos, a cada uno de los lados. 

El piso de baldosas calcáreas, es repasado permanentemente por los fieles, por lo que no acumula la arena, dejada por el tránsito constante de sus peregrinos.

El Distrito San José, poseen un clima árido y seco. Su suelo es arenoso y salino, y se halla cubierto de sedimentos aportados por las crecidas del río y las arenas de las dunas o médanos.


Como en todos los templos de estilo colonial, el altar está adosado al retablo, por cuánto en ese entonces, el celebrante oficiaba la misa de espalda al pueblo y en latín.

Retablo e imágenes de la capilla. 2018
El retablo de formas simples, tiene un colorido que trae reminiscencias a las Capillas del Rosario de: Guanacache, de Las Barrancas o la de Guaymallén.

En él se destacan el amarillo y el verde, y una inscripción que da la bienvenida.

Posee gran cantidad de imágenes y como muchos otros templos del secano, está adornado con flores multicolores de tela y plástico, ofrendadas por los devotos de San José.

Sagrario y ostentorio (izq) - antiguo misal con tapas de cuero (der). 2018

A ambos lados del retablo, imágenes de tamaño natural de su santo patrono, San José (izquierda) y la Virgen del Tránsito (derecha), esperan sobre andas el inicio de la procesión.

San José portando al niño Jesús en  su brazo.    La imagen de Ntra Sra del Tránsito,
                                                                    posee cabello natural
2018

Dos jóvenes, anotando intenciones particulares, para la misa.

Luego de la celebración de la Santa Misa, una ceremonia emotiva signada por un profundo y respetuoso silencio, el sacerdote interactuó con las familias y dio comienzo a la tan ansiada procesión.

Procesión en San José, Lavalle. 2018

Una agrupación gaucha estuvo a cargo de la escolta y durante el tiempo que duró el recorrido por los alrededores, las dos campanas del templo no dejaron de repicar, hasta que las imágenes de San José y la Virgen del Tránsito, volvieron a su hogar.

Una Agrupación Gaucha, espera la partida. 2018
Al finalizar la procesión, el sacerdote le pidió a uno de los concurrentes, que tocara y cantara una tonada, tras la cual se efectuó el tradicional sorteo de la rifa, en las puertas de la capilla y las palabras de despedida hasta el próximo festejo.

Los profesantes y la mirada atenta de los jinetes en sus cabalgaduras, enmarcaron el final de este tradicional y emotivo festejo del secano lavallino.

Afiche publicitario de la FIESTA PATRONAL DE SAN JOSÉ.
La Municipalidad de Lavalle estuvo presente, como en todos los festejos religiosos del secano y proporcionó caminos y huellas mejoradas, regado permanente de callejones, baños químicos y centros de recolección de residuos.

CAPILLA DE SAN JOSÉ, Lavalle.

Ley 6381/96 declárese patrimonio histórico-cultural las capillas del desierto y a las poblaciones aledañas de: La Asunción, San José y San Isidro Labrador.

P.M.O.T (2019), Municipalidad de Lavalle.


El 27 de abril de 2009, con una serie de errores geográficos e históricos, la Cámara de Diputados de Mendoza, declaró la Fiesta Patronal de San José Artesano, de interés de esa cámara (el proyecto, está aquí
).

Hasta el momento no ha sido declarada Monumento Histórico Nacional o Bien de Interés Histórico Provincial, como sus  hermanas, las Capillas del Rosario (Lagunas del Guanacache) y Asunción de la Virgen del Tránsito (Asunción), respectivamente.



¡Un río de arena!


LECHO SECO DEL RÍO MENDOZA (a 300 m de la capilla)

Por este río de arena, alguna vez, allá lejos en el tiempo, fluyó el canto vital del agua, arrancándole vergeles al desierto.

Más la historia mendocina le deparaba una gran sorpresa. Cómo si alguien decidiera quién vive y quién no, un día el agua quedó atrapada en diques y represas, para saciar la sed de un oasis urbano, con la consiguiente derrota de la realidad verde del Guanacache.

Este lecho que ayer transportó agua, hidrató poblaciones, albergó peces y aves, regó cultivos y proveyó pesca, hoy sólo es ruta de enduristas, areneros, 4x4 y la mirada nostálgica, de los ancianos del secano lavallino, que alguna vez lo vieron correr...



Recorrer la capilla y alrededores, fue despertando sentimientos de serenidad, a la vez que nos permitió tomar contacto con nuestros comprovincianos, su fe y tradiciones, en el remoto secano lavallino: ¡es un rincón para visitar!


Como siempre, me despido con el deseo de que la vida brinde, buenos senderos para andar.

 



Como llegar con Google Maps,
desde Garibaldi y San Martín








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